En el verano de 1.816 en la Villa Diodati, en Ginebra, se reunieron Byron, Polidory, Percy Shelley, Mary Shelley, Claire Clairmont (hermana de Mary Shelley) y Mathew G. Lewis.
En ese momento, Byron y Percy Shelley ya eran poetas reconocidos. Polidory, médico personal de Byron, era aficionado a la escritura pero no había publicado nada importante. Mary Shelley, que tenía 18 años (con 16 primaveras se había fugado de casa con Percy Shelley) todavía no había empezado a escribir. Mathew G Lewis era el mayor de todos ellos, contaba con 41 años y ya había conseguido fama con su obra maestra, "el Monje". De la hermana de Mary, Claire, lo único relevante es que mantuvo un romance con Byron y que fue ella la que provocó que Percy y su hermana acudieran a veranear a Villa Diodati.
Ese verano el mal tiempo provocó que la mayor parte de los días estuvieran encerrados en la Villa Diodati sin otro pasatiempo que leer y conversar. Por las noches solían leer en voz alta un libro de fantasmas que había llevado Polidori, Phantasmagoriana. En una de esas veladas, Byron propuso que cada uno escribiera un relato de terror para compartirlo con los demás, en la línea de la novela gótica inglesa.
Desconozco si Percy Shelley y Mathew G. Lewis llegaron a escribir algún relato debido a esa propuesta.
Por su parte, Polidori escribió "Ernestus Berchtold", y Byron escribió un cuento llamado "El entierro". Más tarde Polidori utilizaría ese cuento de Byron para escribir "el Vampiro", que inicia el mito del Vampiro tal y como lo conocemos hoy en día.
Mary Shelley no escribió nada, pero el germen de su historia se estaba fraguando. Estaba obsesionada con la idea de escribir un cuento de terror y necesitaba una historia. la propia Mary explica que la historia le llegó a través de un sueño. A raíz de eso escibió un pequeño cuento y su marido, Percy Shelley, la insistió para que escibiera la novela que se tituló "Frankenstein o el moderno Prometeo" .
Esa reunión veraniega, junto con la Golden Down a la que pertenecieron Yeats y Bram Stoker, componen la idea que tomé prestada para el Club Mildorf.
2 comentarios:
Me pareció oir que me llamabas. Abro este Club de Almas Perdidas y aquí está mi historia. Veo que la conoces bien, por lo que me reafirmo en que debemos ser almas gemelas.
Aquí te espero, tratando de recordar mis sueños, que la mayor parte de las veces tienen los colores de los cuadros de los Prerafaelistas.
Me despido como siempre.
Volveré.
Ya te dije que el azar era más caprichoso de lo que imaginabas.
Como ves, antes de conocerte ya me habías servido de inspiración.
No está mal para un par de almas perdidas.
Vuelve pronto.
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