miércoles, 31 de octubre de 2007

El Monte de las Ánimas

Reconozco que me parece más divertido celebrar Halloween que la noche de difuntos. Para bien o para mal las fiestas españolas están impregnadas de siglos de catolicismo exacerbado y son fiestas sobrecogedoras. En cambio, la fiesta de Halloween aún respetando sus raíces paganas ha evolucionado (curioso, esta es una palabra que la iglesia no consigue digerir) y hoy es una celebración que invita a reír y a juntarse con los amigos (que nadie me venga con la globalización que lo veo venir).

De todas formas, le tengo cariño a nuestra fiesta. Por varios motivos. Cuando era pequeño, mi madre nos juntaba a mi hermana y a mí y nos pasábamos el día haciendo velas. De cera y de aceite. Luego, por la noche, las encendíamos y procurábamos no usar la luz eléctrica. Cuando el ambiente era el idóneo mi madre cogía un viejo libro de Leyendas de Bécquer y leía en voz alta “El Monte de las Ánimas”. Se saltaba la introducción y empezaba a voz en grito:

-Atad los perros; haced la señal con las trompas para que se reúnan los cazadores, y demos la vuelta a la ciudad. La noche se acerca, es día de Todos los Santos y estamos en el Monte de las Ánimas.

Yo sigo todos los años esta tradición familiar, así que mañana por la noche, sea la hora que sea a la que llegue a casa, encenderé las velas (compradas, que no tengo tiempo de hacerlas) y leeré en voz alta y despacio el texto del escritor sevillano.

Como copiarlo aquí puede resultar excesivo, dejo un enlace a una página web en la que está el texto completo.

http://www.ciudadseva.com/textos/cuentos/esp/becquer/montede.htm

martes, 30 de octubre de 2007

¿Tú crees?

¿Crees en fantasmas?

La pregunta es propicia puesto que se acerca el día de todos los santos y la noche de difuntos.

Imagina que estás en tu casa. A solas. En tu habitación. De repente se escucha un ruido en el salón. Vas a ver qué ha ocurrido y encuentras un cuadro caído en el suelo. No se ha roto, menos mal. Lo recoges y te das cuenta de que la hembrilla (la anilla de metal que se coloca en el marco del cuadro) está en perfecto estado. Miras la escarpia clavada en la pared y también está bien. Ni se ha caído ni se mueve. -¿Entonces, cómo se ha caído el cuadro?
Lo cuelgas y vuelves a tu cuarto. De pronto, otro ruido en el salón. Otra vez el cuadro está en el suelo. La hembrilla y la anilla no están rotas. Qué extraño. Lo vuelves a colgar y te vas a tu cuarto. Nada más llegar escuchas de nuevo el ruido del cuadro al caer al suelo. Esta vez decides no ir al salón. El corazón empieza a latir más deprisa de lo normal. Te diriges a la cama despacio, intentando no hacer ruido mientras tus pensamientos se desatan y en ese momento empieza a sonar una música. Suena cada vez más alto. Es una música infantil. Buscas la fuente del sonido. ¿Son los vecinos? Te diriges al salón. El cuadro está en el suelo y la música sigue. -¿De dónde proviene?- piensas. Estás de pie en medio del salón y no hay duda de que el origen del sonido es justo donde estás parado. Y entonces, en voz alta, preguntas -¿Es aquí?- y al pronunciar las palabras la música se detiene de golpe. Todo queda en silencio y una corriente de aire frío mueve las cortinas. Qué curioso que no haya ninguna ventana abierta que pueda hacer corriente.

Si esa historia te ocurriera a ti y te volviera a preguntar si crees en fantasmas lo más seguro es que dijeras que no, que todo lo anterior tiene su explicación. Bien, quizá la tenga.

Lo malo (o lo bueno) de las historias de fantasmas es que quien las cuenta siempre empieza diciendo: “un amigo de un amigo…” o “el primo de un amigo…”, en definitiva, historias inventadas con mejor o peor fortuna.

¿Pero y si te dijera que yo SÉ que existen los fantasmas? ¿Y si yo te dijera que tengo una historia que no le ha pasado al amigo de un amigo sino a mí mismo? ¿Y si yo pudiera darte la certeza que te falta?

Lamentablemente no tengo valor para contar esa historia sin unas copas de más. Tan solo dos o tres personas conocen casi toda la historia. Y es que ni siquiera embriagado por el alcohol he sido capaz de contarlo todo. ¿Quién sabe? Quizá en la noche de difuntos veas un fantasma.

lunes, 29 de octubre de 2007

Recuerdos

Dentro de poco cumpliré 30 años y me he estado acordando de uno de mis mejores amigos de cuando era pequeño. No me resulta sencillo escribir sobre esto pero no quiero que el recuerdo se pierda en el olvido tan fácilmente.

Estudié desde 1º de EGB hasta COU en el Colegio San Agustín. Allí, mi mejor amigo desde 3º hasta 8º de EGB se llamaba Sergio H.M.. Vivíamos al lado y todos los días, a la hora de comer y por la tarde, volvíamos juntos a casa.

El trayecto duraba unos 20 minutos y charlábamos sobre cualquier cosa. Pensábamos que cuando fuéramos mayores pondríamos escaleras mecánicas en todas las cuestas de Madrid para no tener que subir con la mochila y dejarnos la espalda en el camino.

Recuerdo que una vez dijimos que al llegar a los 30 habría que hacer examen de conciencia. Sergio decía que si no habías sido capaz de ser feliz a los 30 entonces lo lógico es que no lo consiguieras nunca (los 30 nos parecía el fin del mundo).

En 1.992, el colegio organizó un viaje de una semana a la Expo de Sevilla. Prácticamente fue toda la clase. Menos Sergio. Cuando volvimos él no volvió al colegio hasta 20 días después. Había cambiado. Se volvió huraño, estaba continuamente de mal humor y empezó a vestir desaliñado.

Al año siguiente nos cambiaron de clase. Yo elegí estudiar comercio y él dibujo técnico.

Casi no volví a hablar con él. Al cabo del tiempo, un amigo que estaba en su clase y que no sabía que yo le conocía me dijo que era el hazmerreír y el objeto de las burlas de todos.

Un año después de terminar el colegio volví para las fiestas que se celebraban en mayo. Me encontré con Javier F.G. –¿Te has enterado de lo de Sergio? –preguntó- Se suicidó hace un par de meses.

No dije nada. No pude, no era capaz de reaccionar. No lo entendía. Ni siquiera ahora lo entiendo. ¿Qué le pudo pasar? ¿Qué ocurrió en su vida que le hizo cambiar de esa manera? Cuando pienso en todo lo que se ha perdido, todo lo que ha dejado de vivir…

Ahora, al recordarle, me imagino que podríamos quedar a tomar una copa y yo le diría: -¿Ves? Voy a cumplir 30 y a mi manera, soy feliz.
¿Y tú, viejo amigo?

jueves, 25 de octubre de 2007

Novela negra

Una de las pocas asignaturas que estudié en la carrera por puro placer fue "Teoría de los Géneros Literarios". La elegí como "oferta libre específica" (todavía no sé qué tenía que ver con derecho).

El caso es que ahí descubrí la novela de detectives. Empecé con Dashiell Hammett, o lo que es lo mismo, el detective Sam Spade, y luego con Raymond Chandler, en este caso, Philip Marlowe .

Anoche, buscando algo que leer encontré en una estantería “La ventana siniestra” de Raymond Chandler. No puedo evitar imaginarme a Humphrey Bogart como el detective con su gabardina y su sombrero. Cuando empiezas a leer, enseguida notas en el paladar el sabor a whiskey y un olor a tabaco en el ambiente.

Dejo un diálogo de la tercera página. Hasta ese momento lo que ha ocurrido es que una señora ha contratado a Marlowe porque cree que la mujer de su hijo ha robado una moneda de oro muy valiosa de su colección. El detective vuelve a la oficina y el hijo de la señora le está esperando.

- Tengo entendido que mi madre lo empleó para realizar un trabajo determinado –dijo lentamente-. Le ha dado un cheque.
Al terminar de llenar la pipa le acerqué la cerilla. Luego la arrojé y me recosté para echar humo sobre mi hombro derecho hacia la ventana abierta. No dije nada.
Él se inclinó un poco más hacia delante y dijo, seriamente:
- Sé que el ser enigmático forma parte de su oficio, pero no estoy adivinando. Me lo contó una pequeña lombriz, una sencilla lombriz de jardín, frecuentemente pisoteada, pero que de todos modos siempre consiguió sobrevivir… como yo mismo. Casualmente no estaba muy lejos de usted. ¿Eso ayuda a aclarar las cosas?
- Sí –asentí-. Suponiendo que yo le dé alguna importancia.
-Tengo entendido que usted fue contratado para hallar a mi esposa, Marlowe –dijo, aún más seriamente-. Haré un esfuerzo. Pero creo que usted no me gustará.
- Estoy gritando –respondí-. De rabia y dolor.

martes, 23 de octubre de 2007

Mosquita muerta

Ayer, mientras ojeaba un descolorido libro de poesía, encontré este poema. En realidad no es nada del otro mundo pero me hizo mucha gracia.

La hija del tabernero.- Angel Lázaro

La hija del tabernero
está sentada a la puerta,
es un sensual avispero
su aire de mosquita muerta.

Porque ella sabe..., ¡Canalla!,
sabe, sí, que cuando paso
voy librando una batalla
con esas piernas de raso.

Yo sé que una noche habrá
en la taberna alboroto,
y un hombre maldecirá
lívido y el pecho roto,
y sé que, al día siguiente,
ella seguirá a la puerta
con su carita inocente
y su aire de mosquita muerta
.

lunes, 22 de octubre de 2007

El Sufrimiento

Sé que hay mucha gente que no está de acuerdo con esta enseñanza de Buda, pero cuando menos merece una reflexión. Se trata de la manera de afrontar el sufrimiento y cómo comportarse ante el dolor. La pregunta que debería hacerse al final de la lectura es evidente ¿tú cómo afrontas el sufrimiento?.


Una persona mundana experimenta una sensación agradable, experimenta una sensación desagradable o experimenta una sensación neutra. Una persona en busca de la iluminación experimenta una sensación agradable, una sensación desagradable o una sensación neutra. ¿Cuál es la distinción, la diversidad, la diferencia entre el que busca la iluminación y una persona mundana?

Cuando una persona mundana es tocada por una sensación dolorosa se inquieta y aflige, se lamenta, se golpea el pecho y llora y está muy turbada. Es como si un hombre fuera traspasado por un dardo y, a continuación del primer impacto, fuera herido por otro dardo. Así pues, esa persona experimentará las sensaciones causadas por dos dardos. Ocurre lo mismo con la persona mundana: cuando es tocada por una sensación dolorosa, corporal, se inquieta y sufre, se lamenta, golpea su pecho, llora y está muy turbada. Así, experimenta dos sensaciones: la sensación corporal y la sensación mental.

Pero en el caso de una persona en busca de la iluminación, cuando es tocado por una sensación dolorosa no se inquieta, no se aflige ni se lamenta, no se golpea el pecho ni llora, ni está muy turbado. Experimentará una sensación: la corporal, pero no la mental. Es como un hombre que ha sido traspasado por un dardo, pero no es herido por un segundo dardo que sigue al primero. Así, la persona experimenta las sensaciones causadas por un solo dardo. Ocurre lo mismo con una persona en busca de la iluminación, cuando es tocado por una sensación dolorosa, no se inquieta, no se aflige, ni se lamenta, no se golpea el pecho y llora, ni está muy turbada.

domingo, 21 de octubre de 2007

Carrera de la Ciencia

07:30 am del domingo, suena el despertador.

Cualquiera en su sano juicio preguntaría por qué. La respuesta es obvia: porque anoche lo puse a esa hora. Y no, no estoy loco (más bien soy masoquista... o estúpido, según se mire).

El caso es que esta mañana era la carrera del CSIC, así que para empezar, el sábado decidí no salir, cenar un buen plato de pasta y acostarme pronto.

Para mí, que odio madrugar, que odio levantarme con el sonido de la alarma, es todo un logro no haber estampado el despertador en la pared.

Después de una buena ducha y un desayuno ligero... ala, a la carrera.

El CSIC, uséase, la salida, está justo al lado del Ramiro de Maeztu, en Serrano.

A las 09:00 am, sonó el pistoletazo de salida (en realidad no, pero es que me gusta esa expresión). El primer kilómetro discurre cuesta abajo. Eso siempre ayuda, sobre todo porque hay que ir adelantando a los corredores que van más lentos. Pronto llega la primera subida. Iba a mi ritmo, sin cebarme, que ya conozco la carrera y lo duro viene después. En seguida se llega a la puerta de Alcalá, solo que esta vez hay que bajar por la calle recoletos hasta Castellana. Ese tramo se me ha dado muy mal. Me he encontrado con gente muy lenta y la calle era tan estrecha que no he podido adelantar. Me han cortado el ritmo, pero todavía tenía fuerzas.
Por fin el Paseo de la Castellana. No tiene mucha pendiente, pero se nota en las piernas que vas cuesta arriba. De pronto empecé a toser. El maldito catarro que hizo aparición la tarde del viernes me quiere aguar la fiesta. Inicio mi mantra para estas ocasiones. "No hay dolor, no hay dolor". Paso por el kilómetro 6. El pecho me ardía y no era capaz de coger una buena bocanada de aire. A pesar de todo llevaba un ritmo decente.
Paso por el kilómetro 8. Las piernas estaban fenomenal, me notaba con mucha fuerza. La tos vuelvió. "No hay dolor, no hay dolor". Una vocecita se coló en mi mantra "lo que no hay son pulmones, imbécil". Yo a lo mío: "No hay dolor, no hay dolor".
Alberto Alcocer. La inclinación es tremenda. Intenté mantener el ritmo y coger todo el aire posible. "Un poco más, un poco más". Cuando termina Alberto Alcocer se vuelve a coger Serrano. Dios, mi casa está a unos metros. ¿Me quedo?. Ni loco, no he llegado hasta ahí para rendirme. Puedo llegar muerto, pero llegaré.
Por fin el terreno es llano. Aumenté el ritmo y las piernas respondieron. Apenas queda un kilómetro. Otra pequeña cuesta y la llagada. A esprintar.
Cuando pasé por la meta levanté los ojos y vi 53:10. Al dejar de correr empecé a toser sin parar. Maldito catarro.
El año pasado mi tiempo fue de 55:42 y un tiempo real de 53:22 (es el desfase de tiempo entre los primeros corredores que salen y cuando tú pasas por la salida). Este año no han puesto el tiempo real, solo el oficial, que ha sido 53:10 así que me he quedado con las ganas de saber cuánto he mejorado.
De todas formas, con lo mal que lo he pasado he bajado el tiempo del año pasado y me he encontrado bastante bien así que... en la próxima carrera (Canillejas) lo volveré a intentar.

viernes, 19 de octubre de 2007

Uphill

Lo prometido es deuda. Ahí va Uphill de Christina Rossetti, mi traducción y unos comentarios. Me hubiera gustado dedicarle más tiempo, pero esta semana estoy bastante liado.

Uphill

Does the road wind up-hill all the way?
Yes, to the very end.
Will the day's journey take the whole long day?
From morn to night, my friend.

But is there for the night a resting-place?
A roof for when the slow dark hours begin.
May not the darkness hide it from my face?
You cannot miss that inn.

Shall I meet other wayfarers at night?
Those who have gone before.
Then must I knock, or call when just in sight?
They will not keep you standing at that door.

Shall I find comfort, travel-sore and weak?
Of labour you shall find the sum.
Will there be beds for me and all who seek?
Yea, beds for all who come.
***********************
Uphill
¿Es la carretera todo el rato cuesta arriba?
Sí, hasta el mismo final.
¿El trayecto del día durará todo el día?
Desde el alba hasta la noche, amigo mío.

¿Pero hay algún lugar para descansar por la noche?
Un techo para cuando comiencen las lentas horas oscuras.
¿No podría la oscuridad esconderlo de mi cara?
No puedes perder esa posada.

¿Me encontraré con otros caminantes por la noche?
Aquellos quienes hayan ido antes.
¿Entonces debo llamar a la puerta, o llamar cuando llegue?
No te mantendrán esperando en esa puerta.

¿Encontraré consuelo, dolorido del viaje y débil?
Del trabajo encontrarás el resultado.
¿Habrá camas para mí y para aquellos que buscan?
Sí, camas para todos los que van.



Dejando de lado el estudio de la métrica, (abab-cdcd-etc.), lo más interesante es analizar el contenido de este poema (que nadie crea que todo esto es obra mía. He cogido ideas de muchos sitios). Por lo que parece se trata de una conversación. Una persona pregunta mientras que otra responde. Quizá lo más interesante es saber quiénes son los interlocutores.

La primera posibilidad (todo según mi punto de vista), tal y como se dice en el cuarto verso, es que sean dos amigos los que están hablando. No parece que sea así ya que quien responde parece tener un conocimiento mucho más avanzado.

La segunda posibilidad es que sea un maestro hablando con un alumno. Se trataría de un maestro-guía, iniciando al pupilo por el camino de la sabiduría. En este caso el maestro conocería el camino ya que él lo ha realizado con anterioridad.

La tercera posibilidad es un diálogo personal entre Christina, como escritora y las dificultades que puede encontrarse en su camino. Podría tratarse de preguntas retóricas.

Por último, la teoría más aceptada es que es un diálogo con Dios. Esto se sustenta tanto en la temática del resto de la obra de la poetisa como por su biografía, marcada desde la infancia por una fuerte convicción religiosa.

A pesar de lo anterior, una cosa es lo que busca el poeta, lo que él plasma en sus versos y otra muy distinta es la interpretación que hace cada uno, tan válida como la que el propio autor tenía cuando concibió la poesía.

Por partes:

Primera estrofa: Does the road wind up-hill all the way? / Yes, to the very end. / Will the day's journey take the whole long day? / From morn to night, my friend.
Iba a decir que literalmente quien pregunta se encuentra ante un camino empinado, pero en realidad no es así. No sabemos dónde se encuentran. La información que nos da es que quien pregunta tiene dudas acerca de la carretera que debe tomar, o en otro caso, tiene dudas acerca de las dificultades que encontrará en su camino.
Si escogemos la interpretación del alumno-maestro, puede entenderse que la pregunta se refiere a la dificultad para encontrar el conocimiento. El estudio y la perseverancia son necesarias para lograrlo.
Si aceptamos el diálogo personal como escritora, se trataría de las penurias que tiene que alcanzar en el desarrollo de su obra. No hay atajos para conseguir llegar al final.
Si la interpretación que hacemos es la religiosa, parece que la pregunta se realiza antes de iniciar el camino luego podría ser el alma quien pregunta y Dios quien responde. La pregunta, en este caso sería sobre la vida misma. La vida no es fácil.

Segunda estrofa: But is there for the night a resting-place? / A roof for when the slow dark hours begin. / May not the darkness hide it from my face? / You cannot miss that inn.
Quien pregunta sigue teniendo dudas. La interpretación de las horas oscuras es más compleja. En el supuesto religioso me inclino por pensar que se trata de la muerte (luz=vida oscuridad=muerte) y la posada es el cielo. Más complicado es ajustar estas preguntas a las demás interpretaciones. En cuanto a la interpretación del diálogo personal como escritora, la noche podría ser el olvido, mientras que la posada podría ser el recuerdo o la pervivencia de sus obras al ser leídas.

Tercera estrofa: Shall I meet other wayfarers at night? / Those who have gone before. / Then must I knock, or call when just in sight? / They will not keep you standing at that door.
El miedo a la soledad, la desconfianza en las respuestas que recibe quien pregunta.

Cuarta estrofa: Shall I find comfort, travel-sore and weak? / Of labour you shall find the sum. / Will there be beds for me and all who seek? / Yea, beds for all who come.
El final es la respuesta que tranquiliza definitivamente al que pregunta. No hay motivo de preocupación ya que al final del camino habrá descanso. En definitiva, se puede entender que todo el que camina acaba en el cielo (¿dónde queda la idea del infierno?).


martes, 16 de octubre de 2007

Crónica Salmantina II

El sábado amaneció a eso de las 12:00. Sorprendentemente no tenía resaca. Cansancio sí, muchísimo, pero nada de dolor de cabeza o malestar general.
Alfonso y yo decidimos tomar un aperitivo en la Rua Mayor. Nos sentamos en un Gambrinus. Vale, estar en Salamanca y tomar el aperitivo en un Gambrinus es como estar en París y comer en un MacDonalds, pero fue el primer sitio con terraza con una mesa libre. Estábamos tan cansados que ninguno podía hablar. De pronto levantamos la vista y en la terraza justo encima del Gambrinus vimos a Mireia (hermana de Ana). Qué pequeño es el mundo y Salamanca, más todavía.

A las 14:00 los estómagos empezaron a rugir. Habíamos quedado en la Plaza con Jorge y Ana. A cada paso que dábamos nos encontrábamos con invitados de la boda. Al final éramos veintitantos buscando un sitio donde sentarnos. Hacía un sol de justicia y unos comieron al aire libre cogiendo colorcito y otros de tapas a la sombra. Mención especial de los que comieron al aire libre para la pareja de músicos ambulantes que deleitaron al público durante las 2 horas que duró la comida versioneando a los clásicos de la música rock-pop (He dicho ambulantes, pero de eso nada, que se pasaron todo el fin de semana en el mismo sitio con la guitarra eléctrica y el micrófono en la mano).

Después de la comida empezó la ronda de licores y copazos en la Plaza Mayor. Menos mal que a alguien se le ocurrió proponer reservar un sitio para cenar (no fuéramos a pasar hambre, que no habíamos probado bocado desde que llegamos a Salamanca) y aprovechar para descansar hasta las 21:00.

El lugar elegido para la cena fue el “Bambú”, recomendado por Carlos. Y si Carlos recomienda un sitio para comer hay que hacerle caso. La conversación de Jorge y el Camarero para hacer la reserva fue más o menos así:

Camarero.- ¿Cuántos sois?
Jorge.- 18 ( un número totalmente elegido al azar. Calculando por lo alto. Total, siempre se puede decir que vamos menos, ¿no?)
Camarero.- ¿A qué hora?
Jorge.- A las 21:00.
Camarero.- ¿Nombre?
Jorge.- Jorge
Camarero.- ¿Teléfono?
Jorge.- 555 67 65 66.
El camarero no había apuntado los dos primeros números cuando se detiene y mirando a Jorge levanta la ceja como Carlos Sobera.
Camarero (hablando muy despacio).- Usted habla mucho más rápido de lo que yo escucho.
Toma ya, simpático. Nos quedamos petrificados. El caso es que no parecía borde sino que daba la sensación de ser más seco que la mojama.
Jorge.- ¿Tienen algún menú?
Camarero.- Sí, pero les recomiendo que pidan de carta. Es más barato. Lo que sí les digo es que pidan 1 ración para cada 3 personas y luego un segundo plato para cada uno.

Lo siguiente que hicimos fue ir a echarnos la siesta (¿de 20:00 a 20:45 se puede llamar siesta?). Me sentó de maravilla. Hasta fui capaz de entreabrir los ojos para ver los goles de la selección española de fútbol.

A las 21:00 llegamos al “Bambú”. La mesa tenía forma de “L”. Al final en vez de 18 éramos 23. Ahí es nada. Jorge se encargó de repetir unas 23 veces (es decir, a todos los que estaban) que íbamos a pedir 1 ración para cada 3 personas y luego cada uno un segundo. Finalmente se decidió pedir tres tipos de entrantes: patatas bravas, croquetas y pimientos rellenos y para beber agua y vino de la casa.
Para bien o para mal no entiendo mucho de vinos. Se me sube muy rápido a la cabeza y procuro no tomarlo. El caso es que nada más coger la copa de vino creí oler a vinagre. “Es imposible”, me dije. Pues no. Cuando probé el vino comprendí que no es que oliera, es que “era” vinagre.

En seguida trajeron unas tapitas para picar. Un momento, no eran tapitas, eran patatas fritas. No, eran patatas fritas con tomate. Qué va, eran 4 patatas fritas con salsa barbacoa. La raciones resultaron ser diminutas. Lo mejor vino con las croquetas. No tocábamos más que a media por cabeza. Jorge me miró y supe que estaba pensando en el camarero de la reserva. ¡Al final va a resultar que se estaba cachondeando de nosotros!.

La conversación de la cena fue muy agradable, contando batallitas y riendo sin parar.
Al terminar de dar cuenta de 1 patata brava, ¼ de croqueta y 1/3 de pimiento relleno llegó el segundo plato. Fue el acabose. Un chuletón enorme. La carne jugosa, blandita, con mucho sabor…. Y la guarnición….patatas fritas. Muchas patatas fritas. Había tantas patatas fritas en una guarnición como en 3 platos de raciones. Mmm están locos estos salmantinos.

Una vez terminado el magnífico chuletón llegó la hora de los postres: “white label con coca-cola, por favor”. Hay que quitarse la careta. ¿A quién le apetece una tarta o un helado después de apretarse un kilo de carne?

Salimos del restaurante con la barriga llena y otra vez fuimos a lo fácil. El bar de enfrente. Se llamaba Carpe Diem (No sé cuántos bares con ese nombre existen en España. Se podría hacer una recopilación. En cambio, ¿alguien conoce un bar que se llame “vita brevis” o “tempus fugit”?). El local estaba muy bien, se entraba por un pasillo hasta llegar a una sala rodeada de arcos con clave. Primera copita y recuento de valientes que aguantan: Elena, María, Marta, Mireia, Mónica, Carlos, Jorge, Felipe, Dirk, Alfonso y yo.

En esto que Dirk me dice: “¿Ese es Elton John?” Primero pensé que como es Belga no le había escuchado bien “¿Qué dices?”. “Que si es Elton John” (dicho sea de paso, qué envidia me dan los que saben hablar varios idiomas perfectamente). Por fin dirigí mi vista hacia donde señalaba. La sala, simulaba la plaza mayor de Salamanca solo que en vez de bustos de reyes encima de los arcos, en el Carpe Diem los bustos eran de cantantes. (Por cierto, no son exactamente bustos, son como figuras en relieve talladas en un círculo. Siento no conocer la palabra exacta). Poco a poco fuimos descubriendo el resto de cantantes: Elvis, Madonna y…. “¿ese quién es?”. “Ah, yo lo sé”, dijo Elena “es un negro que ha muerto hace poco y que había un problema porque no podían enterrarle”. Sonaba un poco raro pero le dimos el beneficio de la duda. Al rato, Dirk y yo nos acercamos para ver el busto de cerca. “Pues es Mick Jagger”, dijo. Ya te dijo, ni negro, ni muerto, ni leches. Jajaja.

Con la segunda copa empezaron las fotos. El problema es que Carlos y Marta se fueron gustando poco a poco y se crecieron. Decidieron que lo mejor que podían hacer era subirse a la tarima. Foto por aquí y foto por allá. De pronto, Mónica empezó a gritarle a Carlos: “Quítateeeee la camisetaaaa, quítateeee la camisetaaaaa”. Marta, prudentemente se bajó dejando a Carlos que se las apañara él solito y se unió a Mónica gritando “quítateeee la camisetaaaa”. Carlos henchido ante su afición, se quitó la sudadera. En esto que como no se decidía a quedarse en porretas tomé la voz cantante: “No hay huevos, no hay huevos”. Ya se sabe. Acabó sin camiseta y una chica al lado suyo por poco cayó desmayada ante el espectáculo.

Como después del numerito lo más probable era aumentar el nivel de despropósito o que nos echaran del bar decidimos que una retirada a tiempo es una victoria.

Al salir, Carlos, Felipe y yo nos despedirnos de Salamanca cantando “New York, New York” subidos a un banco de la Plaza Mayor.


Start spreadin' the news,
I'm leavin' today
I want to be a part of it,
New York, New York...



PD: para volver al hotel me dejaron un mapa. Y sí, a pesar de todo….. ¡me perdí!

lunes, 15 de octubre de 2007

Crónica Salmantina I

Me han echado en cara que no cuente con detalle el fin de semana en Salamanca. Como todavía no soy capaz de decir que no y me lo pasé tan bien, aquí va una crónica salmantina del día de la boda. Mañana contaré el segundo día.

Todo comenzó la tarde del jueves. Había que quedar para salir el viernes y llegar a la boda. De repente Alfonso dice: “Por cierto, ¿a qué hora es?”. “Ni idea. Mejor llamo a Pablo”. “Pablo, ¿sabes la hora de la boda?” “Ni idea”.
Vale, somos unos impresentables, pero al menos somos sinceros.
Lo siguiente que hice fue llamar a María, la hermana del Novio.
La boda era a las 17:00. María me aconsejó/ordenó que saliéramos con tiempo de sobra así que nos citamos Pablo, Mina, Alfonso y yo, el viernes por la mañana a las 11:30.
Cuando parecía que habíamos sido puntuales y saldríamos sin percances a Pablo se le ocurrió preguntarme si había llevado un mapa del hotel.
“Claro, el mapa está junto con la reserva…. ¡La reserva!”. Se me había olvidado en casa. Ala, Pablo y Mina se pusieron en camino a Salamanca y Alfonso y yo perdimos 20 minutillos. Mal presagio. El viaje duró 4 horas y media. Llegamos con el tiempo justo para aparcar, ducharnos y encontrarnos con la novia en la puerta de la catedral. Por los pelos.

La boda fue muy distendida y dieron el sí quiero. Yo no soy capaz de creer en Dios, nunca he tenido fe, pero cuando la gente reza lo que yo hago es desear de todo corazón que les vaya bien a los novios.

A la salida de la boda comienza el ritual de saludos. Miradas que se encuentran, sonrisas y palabras que rompen barreras apenas son articuladas.

Alguien falta. No sé muy bien quién, pero tengo esa sensación. Por fin me acuerdo de Carlos. ¿Dónde está?. Al principio nadie responde. Lo que es evidente es que no ha llegado a la boda. Le habrá pillado tráfico, dice alguien. Al cabo de un par de preguntas por fin lo averiguo. Le dijeron que había atasco y decidió retrasar la salida porque “seguro que así se vacía la carretera”. Consecuencia: se ha convertido en un memorable miembro de la cofradía de los Hannover (o lo que es lo mismo, saltarse la misa a la torera y aparecer el primero en el banquete).

El aperitivo fue bastante bueno. Cuando recuerdo tener a la izquierda un camarero con una bandeja de jamón, a mi derecha otro con una bandeja de lomo y en frente un tercero ofreciéndome bebida no puedo evitar que se me escape una lágrima de felicidad. ¡¡¡¡Ay, jamón ibérico del alma mía cómo te quiero!!!!

Cuando ya empezaba a tener que aflojar un botón del cinturón nos dijeron que pasáramos a cenar. Una gota de sudor frío me recorrió la frente. En la mesa nos sentamos por este orden: Mónica, Ana, Pablo, Mina, Juan Luis, Carlos, Jorge y Alfonso (a tomar por saco el protocolo).

De primero una merluza en su punto. De segundo, cochinillo. Estaba perfecto, la carne blandita y la piel crujiente. Cuando terminamos, Carlos, en voz baja, me dice “Hay que repetir”. “Venga, hombre, ¿estás loco?”. “¿Qué pasa, que no hay huevos?”. Pues eso, que al final repetimos de cochinillo.

Después del postre nos arrastramos como pudimos a la barra. Nada más tener en las manos la primera copa empieza a sonar el Vals. Luego las notas del pasodoble llegan a mis oídos. Lo reconozco: si ponen pasodoble me lo bailo. Toma ya. Encontré a Ana, la mujer de Jorge. Han estado dos años y medio viviendo en Melbourne y les he echado de menos. Me gustó mucho bailar con ella, aunque ella me dijera al final “no he pasado tanta vergüenza en mi vida”. Pobre.

Alfonso y yo nos cantamos unas 10 veces la canción de “la Virgen del Pilar diceee” por ser 12 de octubre. Para rematarlo cuando el pincha dejó de poner música le pedí el micrófono y la cantamos delante de toda la audiencia (si es que lo del karaoke me puede). Acto seguido hubo una avalancha sobre el micrófono. No sé muy bien si porque querían cantar como fuera el himno de los jesuitas o porque querían que dejáramos de cantar como fuera. Me escapé como pude, gritando: “yo no soy jesuita, yo no soy jesuita” (parecía una escena de los Monty Python). Apenas había conseguido salir de esa tromba humana cuando oigo a María preguntarme: “¿no cantas el himno del colegio?”.

Al terminar las copas de la boda, justo en frente nos encontramos un bar que estaba cerrando. Literalmente lo tomamos por la fuerza. Ala, a seguir de copas.
Hacía tiempo que había perdido la cuenta. Para rematar la faena, estaba hablando con Elena y con Babi cuando a Babi se le cayó el bote vacío de fanta de naranja. ¡Qué bronca me echó Elena por no agacharme! Jajajaja. Vale, ella tenía razón, no me agaché, pero debo decir en mi favor que la fanta estaba vacía, de ahí no se iba a mover y no molestaba a nadie.

Salamanca

Este puente he estado de boda en Salamanca. Se casaban Jezu (cuyo nombre real es Ignacio) y Macarena.

Ha sido un fin de semana divertidísimo. Hacía tiempo que no veía a muchos de los que estaban invitados y el reencuentro ha sido fácil y sin preguntas. Asimilando el tiempo perdido con la primera sonrisa, el apretón de manos o los besos en la mejilla.


La boda estuvo fenomenal. Se casaron que es lo importante (ahora que lo pienso, eso no está muy claro porque el expediente administrativo no llegaba hasta hoy así que civilmente igual todavía están solteros).


El convite fue de los mejores en los que he estado. El sitio, precioso (Palacio de Figueroa) y los aperitivos y la cena muy bien. La novia y las hermanas de la novia y la del novio, guapísimas. Quizá el momento álgido fue cuando las copas hicieron su efecto y todos los invitados de la boda, uno tras otro, fuimos a pedirle al "pincha" la misma canción. Cuando por fin sonaron los acordes (por llamarlos de alguna manera) de "Toda" de Jesulín de Ubrique demostramos por qué no nos hemos dedicado a la música.
Si consigo alguna foto prometo colgarla. Yo soy un desastre y nunca me acuerdo de coger la cámara.

En definitiva, el fin de semana me ha dejado exhausto. De alguna manera me ha vaciado de todo el estrés y me ha llenado de recuerdos, de sabores y olores. Lo mejor es que cuando estoy haciendo algo en el trabajo, de pronto me acuerdo de una tontería y se me escapa una sonrisa.


Siempre se dice lo mismo al despedirse pero espero no volver a perder el contacto (la vida es caprichosa y hace y deshace a su antojo, pero merece la pena hacer el esfuerzo).

miércoles, 10 de octubre de 2007

The ballad of Sir Patrick Spens II

Con un poco de retraso pero aquí van las estrofas que más me gustan de la balada de Sir Patrick Spens.


El rey ha escrito una extensa carta,
Y la ha sellado con sus manos,
Y la ha enviado a Sir Patrick Spens,
Que estaba caminando en cubierta.

El primer renglón que Sir Patrick leyo,
Una carcajada rió;
El segundo renglón que Sir Patrick leyó,
Una lágrima le cegó sus ojos.


“Preparáos, preparáos, mis valientes,
Nuestro buen barco zarpa con la aurora”.
“Bueno, ay de mí; mi querido señor, temo una tormenta mortal”.

“Anoche vi la luna nueva
con la luna vieja en sus brazos;
y si nos hacemos a la mar, señor,
temo que nos vendrá un mal”.

No habían navegado una legua, una legua,
Una legua sino apenas tres,
Cuando el cielo se oscureció, y el viento sopló fuerte,
Y el mar se encrespó.

No habían ido ni un paso, un paso,
Un paso, sino apenas uno,
Cuando un anclaje voló del lado del buen barco,
Y el mar salado entró.

Oh, cuarenta millas de Aberdeen,
Son cincuenta pies más allá;
Y allí yace el buen Sir Patrick Spens,
Con el señor de los escoceses a sus pies.

lunes, 8 de octubre de 2007

The Ballad of Sir Patrick Spens

Hoy le toca el turno a la balada de Sir Patrikc Spens. En el poema se cuenta cómo el rey busca al capitán que sea capaz de hacer navegar un barco que debe zarpar en la peor época posible. He visto que hay hasta una entrada en la wikipedia. Pongo el enlace: http://en.wikipedia.org/wiki/Sir_Patrick_Spens
El capitán es Sir Patrick Spens que recibe el encargo con el orgullo de ser el elegido pero sabiendo que el resultado del viaje será la muerte.
Hay varios momentos apasionantes en esta balada. En azul pongo los que más me gustan a mí. En cuanto pueda traduciré si no todo, al menos esas estrofas (Ya digo que este inglés no es sencillo. Lo mejor para entenderlo es leerlo en voz alta).
PD: Si no he puesto en este post el poema "Uphill" de Christina Rossetti es porque quiero hacerlo de una vez (versión inglesa y traducción) más un comentario (porque ese poema se las trae: ¿quiénes son los que están conversando? ¿sobre qué están hablando realmente?).


The Ballad of Sir Patrick Spens

The King sits in Dunfermline town,
Drinking the blood-red wine;
"O where shall I get a skeely skipper
To sail this ship or mine?"


Then up and spake an eldern knight,
Sat at the King's right knee:
"Sir Patrick Spens is the best sailor
That ever sailed the sea."


The King has written a broad letter,
And sealed it with his hand,
And sent it to Sir Patrick Spens,
Was walking on the strand.


"To Noroway, to Noroway,
To Noroway o'er the foam;
The King's daughter of Noroway,
'Tis thou must fetch her home."

The first line that Sir Patrick read,
A loud laugh laughed he;
The next line that Sir Patrick read,
The tear blinded his ee.


"O who is this has done this deed,
Has told the King of me,
To send us out at this time of the year,
To sail upon the sea?


"Be it wind, be it wet, be it hail, be it sleet,
Our ship must sail the foam;
The king's daughter of Noroway,
'Tis we must fetch her home."


They hoisted their sails on Monenday morn,
With all the speed they may;
And they have landed in Noroway
Upon a Wodensday

They had not been a week, a week,
In Noroway but twae,
When that the lords of Noroway
Began aloud to say, -

"Ye Scottishmen spend all our King's gowd,
And all our Queenis fee."
"Ye lie, ye lie, ye liars loud!
So loud I hear ye lie.

"For I brought as much of the white monie
As gane my men and me,
And a half-fou of the good red gowd
Out o'er the sea with me.

"Make ready, make ready, my merry men all,
Our good ship sails the morn."
"Now, ever alack, my master dear
I fear a deadly storm.



"I saw the new moon late yestreen
With the old moon in her arm;
And if we go to sea, master,
I fear we'll come to harm."

They had not sailed a league, a league,
A league but barely three,
When the lift grew dark, and the wind blew loud,
And gurly grew the sea.


The ankers brake and the top-masts lap,
It was such a deadly storm;
And the waves came o'er the broken ship
Till all her sides were torn.


"O where will I get a good sailor
Will take my helm in hand,
Till I get up to the tall top-mast
To see if I can spy land?"

"O here am I, a sailor good,
Will take the helm in hand,
Till you go up to the tall top-mast,
But I fear you'll ne'er spy land."

He had not gone a step, a step,
A step but barely ane,
When a bolt flew out of the good ship's side,
And the salt sea came in.


"Go fetch a web of the silken cloth,
Another of the twine,
And wap them into our good ship's side,
And let not the sea come in."


They fetched a web of the silken cloth,
Another of the twine,
And they wapp'd them into the good ship's side,
But still the sea came in.

O loth, both, were our good Scots lords
To wet their cork-heel'd shoon,
But long ere all the play was play'd
They wet their hats aboon.


And many was the feather-bed
That fluttered on the foam;
And many was the good lord's son
That never more came home.


The ladies wrang their fingers white,
The maidens tore their heair,
All for the sake of their true loves,
For them they'll see nae mair.


O lang, lang may the maidens sit
With their gold combs in their hair,
All waiting for their own dear loves,
For them they'll see nae mair.

O forty miles of Aberdeen,
'Tis fifty fathoms deep;
And there lies good Sir Patrick Spens,
With the Scots lords at his feet.

jueves, 4 de octubre de 2007

La fuerza del agua



Las fotografías que acompañan este post están tomadas en Alcalá de Guadaira (Sevilla) por el Delegado de Zona de la empresa donde trabajo.
Se trata de una de las calles principales de Alcalá de Guadaira y es donde está la notaría con la que hemos firmado varias escrituras.
La notaría está en uno de los portales que se ven a la izquierda en la primera foto. Cuando me mandaron la foto no conseguía identificar el sitio (normal, solo podía fijarme en la pila de coches amontonados).

Aunque parezca mentira no es ningún montaje. En las noticias dijeron que llegaron a morir dos mujeres a causa de la riada. Es una muestra más del poder de la naturaleza (sobre todo cuando se hacen mal las cosas y se hacen viviendas en zonas en las que se embalsa agua).

martes, 2 de octubre de 2007

Los 4.000 de Navalcarbón II


No pudo ser.
A falta de 3 vueltas (1.200 m) David (el de la moto, no te fastidia) se lanzó al ataque. Aguanté el primer envite y no permití que se escapase.
A falta de 1 vuelta (últimos 400 m) volvió a pegar un hachazo. Esta vez aunque quise reaccionar no pude seguirle. intenté quitarme las zapatillas y tirárselas, pero a ver si me iban a adelantar los demás (eso, y que si fallas y no le das ya es un ridículo espantoso).
Una pena porque la carrera ha sido bastante lenta (21 minutos para 4 kilómetros).
Ahora solo me queda la consolación de que me encuentro en buena forma así que aprovecho y el día 21 de octubre corro los 10 km de CSIC (a ver si bato mi récord personal).
Ah, por si alguien dudaba.... ya hemos quedado para el año que viene. (Dioss, no aprenderé jamás).

Los 4.000 de Navalcarbón



Hoy me he levantado tarareando los acordes de "carros de fuego" y cuando he llegado a la oficina lo primero que he hecho es ponerme en youtube "eye of the tiger". Por motivación, que no se diga.

Hoy es la carrera. Si el tiempo lo permite, claro (¿He dicho ya que no me gusta el frío?).

Ah, por si alguien lo pregunta, la foto del Coyote tiene su explicación. Hemos hecho camisetas para la carrera. Hay de dos tipos: con el Correcaminos o con el Coyote. Yo he elegido al Coyote. Primero porque tengo debilidad por él (la de dinero que se habrá gastado en productos de la marca A.C.M.E.), y luego porque esta vez quiero que el Coyote consiga capturar al Correcaminos.

Los que vamos a correr somos los siguientes:

Javier V.: El favorito. Ganador del año pasado. Este fin de semana ha estado en los pirineos haciendo rutas de 7 horas en bicicleta. Ahí es nada. Angelito.

Oscar L: Un animal de 1´90 de altura y con una espalda que parece un armario de dos puertas. No desayuna Colacao sino gasolina.

Silvia T: La parte femenina. Está entre las favoritas. Para hacerse una idea, en verano en vez de ir a la playa se dedicó a hacer alpinismo (del de verdad, subiendo cinco miles).

David R: Motorista. Participa en el campeonato de España de Enduro (si no sabéis lo que es... yo tampoco pero es lo que hay). Como se le ocurra coger la moto para la carrera....

Iñaki, Roberto, Pedro y Ramón: Son el vagón de cola. El pelotón que nunca desfallece. Alguno querrá dar la sorpresa.

Silverado: ¿Qué voy a decir de mí? Lo normal es que no gane pero no me rindo sin luchar.

lunes, 1 de octubre de 2007

The Raven III

Por fin he terminado la traducción. Me ha llevado más tiempo del previsto pero creo que ha merecido la pena. Misión cumplida.

Me maravilló mucho escuchar el franco discurso de este ave desgarbada,
aunque su respuesta apenas significara nada, apenas tuviera relevancia;
porque no podemos evitar estar de acuerdo en que ningún ser humano,
se ha preciado de ver un pájaro sobre la puerta de su alcoba,
pájaro o bestia sobre el busto esculpido sobre la puerta de su alcoba,
con un nombre como “Nuncamás”.

Pero el cuervo, sentado a solas en el plácido busto, únicamente dijo
esa palabra, como si su alma en esa palabra vertiera.
nada más pronunció; ni una pluma movió,
hasta que yo apenas susurré, “otros amigos han volado antes,
al alba me abandonará, como mis esperanzas han volado antes”.
Entonces el pájaro dijo “Nuncamás”.

Sobresaltado por la quietud rota por la réplica dicha tan acertadamente,
“Sin duda”, dije, “ lo que dice es su única palabra,
cogida de algún infeliz maestro cuyo Desastre inmisericordioso,
siguió rápido y siguió más rápido hasta que sus canciones fueron una pesadez,
hasta que la elegía de su Esperanza se convirtió en una melancólica pesadez,
de “nunca-nuncamás”.

Pero el cuervo todavía transformando mi tristeza en sonrisa,
me llevó a situar una silla de cojines delante del pájaro, y del busto y de la puerta;
entonces, hundiéndome en el terciopelo, empecé yo mismo a enlazar,
fantasía tras fantasía, pensando qué quiere decir este inquietante pájaro de antaño,
que quiere decir este lúgubre, desgarbado, espectral, demacrado e inquietante pájaro de antaño,
que quiere decir al graznar “Nuncamás”.

Me senté enzarzado en adivinarlo, sin pronunciar una sílaba
al pajarraco cuyos fieros ojos ardían en el centro de mi pecho,
esto y mas adivinaba sentado, con mi cabeza cómodamente reclinada,
en el aterciopelado sillón tendido que reflejaba la luz de la lámpara
pero sobre su purpúreo terciopelo con el reflejo de la luz de la lámpara
ella no se tenderá, ¡ah, nunca más!


Luego el aire se hizo más denso, perfumado por un invisible incensario
balanceado por Serafines cuyos pasos tintineaban en el mullido suelo.
“Infeliz”, grité, “¡tu dios te ha prestado – mediante esos ángeles te ha enviado,
para darme respiro y alivio de la memoria de Leonor!
¡Bebe, oh bebe esta especie de filtro y olvida esta perdida Leonor!
Graznó el cuervo, “nuncamás”.

“¡Profeta!” dije, “¡cosa malvada! –pero profeta- ¡pájaro o demonio!
Si el Tentador te envía, o si la tempestad te ha arrastrado a esta tierra,
desolada e impertérrita, en este desierta tierra encantada,
en esta casa perseguida por el horror –dime sinceramente, te lo imploro,
¿Hay, hay un bálsamo en Galaad? –dime- ¡dime, te lo imploro!
Graznó el cuervo, “Nuncamás”


“¡Profeta!” dije, “¡cosa malvada! –pero profeta- ¡pájaro o demonio!
Por ese Cielo que se cierne sobre nosotros – por ese Dios que ambos adoramos,
dile a esta alma llena de pena si, en el lejano Eden,
abrazará a una santa doncella que los ángeles llaman Leonor,
abrazará a la única y radiante doncella que los ángeles llaman Leonor.”
Graznó el cuervo, “Nuncamás”

“Sea esa palabra nuestra señal para partir, pájaro o demonio” grité levantándome
“¡Retorna a la tempestad y a la orilla plutoniana de la noche!
¡No dejes plumas negras como señal de la mentira que tu alma ha pronunciado!
¡Deja mi soledad sin perturbar! ¡Abandona el busto sobre mi puerta!
¡Aparta tu pico de mi corazón, y lleva tu figura fuera de mi alcoba!
Graznó el cuervo “Nuncamás”.


Y el cuervo, sin revolotear, todavía está posado, todavía está posado
en el pálido busto de Palas justo sobre la puerta de mi alcoba;
Y sus ojos tienen todo el parecido de los de un demonio que está soñando,
¡Y la luz de la lámpara sobre él arroja su sombra sobre el suelo;
Y mi alma de la sombra que yace flotando en el suelo,
No se alzará – nunca más!