martes, 19 de febrero de 2008

En el último minuto..... ¡Clasificados!

Ya sé que el fútbol no suele ser material de blog pero…. Como ayer conseguimos clasificarnos para la liga de oro (me encanta cómo suena) pues toca hablar del tema.

No pretendo aburrir a nadie así que sólo voy a hablar de un pensamiento que pasó por mi cabeza cuando estaba jugando.

Este año soy el capitán del equipo. En realidad eso se traduce en hacer la alineación para cada partido, organizar los cambios y poco más.

Pues el equipo contra el que jugábamos ayer nos estaba cosiendo a patadas y nosotros somos hermanitas de la caridad. Vamos, que cuando damos a alguien es sin querer y encima pedimos perdón.

En un lance del juego un contrario me dio tal patada que salí rodando varios metros. Cuando estaba en el suelo pensé “Uff, ahora tengo que montarla para que el árbitro empiece a sacar tarjetas porque si no, no vamos a terminar el partido enteros”.

Y acto seguido me acordé de algo parecido que me pasó en el colegio. Tendría yo unos maravillosos 16 años (qué tiempos). Y pasó tres cuartos. Un mastodonte que medía dos metros de alto y cinco espaldas de las mías me hizo una entrada criminal. Me levanté como si no me hubiera dolido y me encaré con él. Con un leve empujón suyo volé tres metros atrás. Herido en mi orgullo volví a levantarme y otra vez fui a por él. De nuevo un empujón suyo me hizo volar. Herido ya no tanto en mi orgullo sino en mi cuerpo (me dolía todo) volví a levantarme una vez más y repitiendo la historia a los dos segundos acabé en el suelo. Después de eso decidí esperar un poco antes de levantarme, que uno puede ser valiente pero no imbécil. Cuando escuché que ya estaba el árbitro encima para separarnos volví a levantarme para ir contra mi adversario y poco me faltó para darle un beso al árbitro por evitar otro empujón.

Y de vuelta al partido de ayer, cuando estaba en el suelo pensando que tenía que hacer algo… Mmmm, ¿qué salida me quedaba? ¿repetir la historia? Con un vistazo observé que quien me había zancadilleado era otro Goliat. Esta vez no medía dos metros sino tres y más que espalda tenía una plancha de acero.

Al final reconozco que fui cobarde y me quedé en el suelo como si me hubieran matado. Cuando estaba todo el mundo encima viendo qué pasaba me levanté cual titán dolorido y desde lejos (y poniendo en medio a todos los que pude) le dije de todo.

Un poco cutre, vale, pero funcionó y a partir de ahí empezamos a jugar y meter goles. Todo, todo, gracias a mí. (no tengo abuela ni falta que me hace).

viernes, 15 de febrero de 2008

Mundos del más acá

Después del poema de ayer de Edmund Spencer se me ha venido a la mente esta canción de Paco Bello que trata de lo mismo. Bueno, de lo mismo pero bastante más explícito.

Es de su disco "Nauta" y se llama "más acá".

Hoy no hablaré del mar
ni de la inmensidad
ni de ser o no ser.
Hoy no habrá soledad,
hoy el pan es el pan
hoy el vino es volver,
a dejarse caer
descubrir una red,
al final de tu piel.

Sin pretender abarcar
mundos del más allá
te invito a mi casa
que está más acá.

Hoy la vida es bienvenida
sin metáforas altivas.
Hoy tu boca no es gaviota
ni tus piernas rompeolas
ni tu ombligo caracola.

Hoy no quiero que haya huellas en la arena
que recuerden a sirenas
hoy te quiero conocer
igual que un animal
sin pensar en nada más,
que en el más acá.

Hoy no me haré preguntas
de por que la luna es tan blanca
si toma tanto el sol.

Hoy no hablaré del reloj
ni del hombre alienado
ni del mundo y su coz.

Hoy no hablaré de los días
con su arena y su cal
con su estrella fugaz.

Hoy me vuelco en tu piel
Tu en la mía también.
Hoy te doy, lo que haría en realidad
si el mundo acabara ya.

jueves, 14 de febrero de 2008

San Valentín

Hoy es San Valentín. No me gusta especialmente, pero aprovecho para dejar un poema de Edmund Spenser, en concreto el Soneto LXX de "Amoretti". En realidad tiene su mensaje y ya se sabe: A buen entendedor....

Edmund Spenser
FRESH spring the herald of loues mighty king,
In whose cote armour richly are displayd,
all sorts of flowers the which on earth do spring
in goodly colours gloriously arrayd.

Goe to my loue, where she is carelesse layd,
yet in her winters bowre not well awake:
tell her the ioyous time wil not be staid
vnlesse she doe him by the forelock take.

Bid her therefore her selfe soone ready make,
to wayt on loue amongst his louely crew:
where euery one, that misseth then her make,

shall be by him amearst with penance dew.
Make hast therefore sweet loue, whilest it is prime,
for none can call againe the passed time.

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Fresca primavera, heraldo poderoso del rey de los amores
en cuya armadura se muestran con viveza
toda clase de flores que brotan en la tierra
con gloriosas galas, con tan bellos colores.

Ve a mi amor, a donde descansa sin cuidado
en su lecho invernal sin despertar del todo:
Dile que este delicioso tiempo no durará para siempre
si no lo atrapa con los rizos de su frente.

Ruégale, por tanto, que se prepare pronto
para servir al amor y a su hermosa corte:
porque quienes no estén dispuestos a su hora

recibirán de él severos castigos con su debida penitencia.
Por eso date prisa, dulce amada,mientras aún sea primavera
porque nadie regresa al tiempo perdido.

miércoles, 13 de febrero de 2008

Percance

Bonita forma de empezar el día.

Cuando me quedaban 50 metros para llegar al trabajo me ha pasado una cosa surrealista.

Al llegar a una cuesta con Stop me he parado a una distancia prudencial del coche de delante, un Hyundai.

De pronto el Hyundai hizo amago de salir. Yo, viendo que no le iba a dar tiempo, ni siquiera moví el coche.

El Hyundai finalmente no cruzó el Stop. El problema es que no pisó el freno y empezó a ir hacia atrás. Como veía que no se paraba, di un toque de claxon. Nada. Siguió hacia atrás hasta que me dio. No mucho, pero me dio.

Yo ni siquiera me iba a bajar porque no merecía la pena.

De improviso se abre la puerta del Hyundai y se baja una mujer con cara de histérica que me grita:

- ¿Tanta prisa llevas que me tienes que dar?

Yo no podía dar crédito a lo que acababa de escuchar.

- Señora, no sé si se ha dado cuenta pero es usted quien me ha dado a mí.
- Sí, hombre.
- Pues sí. No se habrá dado cuenta, pero no ha pisado el freno y me ha dado.

La mujer se puso a gesticular con los brazos.

- Lo que faltaba. Me das y encima dices que la culpa es mía. Pues vamos a hacer un parte.

Viendo que se empezaba a formar una cola de espanto detrás nuestro la dije:

- Me parece perfecto. Vamos a ver si me ha hecho algo al coche. Pero muévase ahí y dejamos pasar a los de detrás.
- ¡Claro! Para que te escapes. ¡Yo de aquí no me muevo!

Ante esa reacción no pude evitar decir lo primero que se me vino a la mente.

- Señora, además de una inútil conduciendo está usted como una cabra.
- ¿Qué?
- Que no sabe conducir y que está loca.

Por primera vez la mujer se quedó callada. Aproveché para dar un poco marcha atrás y me bajé del coche.

- A ver. ¿Los coches se han hecho algo?

Como era previsible, ni siquiera había un arañazo.

- No, ¿verdad?. Pues ala, que ya me ha está haciendo perder demasiado tiempo.

Y la señora se metió en el coche sin decir nada más y cada uno se ha ido por su lado.

¡¡¡Todavía me cuesta pensar que alguien pueda ser tan inútil como esta señora!!! jajajaja.

lunes, 11 de febrero de 2008

Lunes por la mañana

La radio de mi coche lleva tiempo muriendo. En realidad lo que tiene es una infección en el lector de CD´s. Un día de invierno no pudo leer una canción. Al principio parecía que era el CD el que estaba estropeado. Al cabo de unas semanas la cosa empeoró. Cuando quiero escuchar música en el coche tengo que poner la radio y confieso que no me gusta nada. Para eso soy un poco raro. Si quiero música me gusta que sólo sea música, no que un locutor esté hablando o me pongan anuncios. Por eso hace un año decidí escuchar Vaughan Radio. Así mataba dos pájaros de un tiro. Me entretenía (trabajando en las Rozas paso una hora y media diaria, como mínimo, en el coche) y al mismo tiempo me servía para no perder el poco inglés que sé.
Y así estaba, feliz con mi radio. Hasta que esta mañana me he levantado con ganas irrefrenables de música. He cogido uno de los CD´s que estaban en el coche (debo tener unos 50 y ninguno tiene título) y lo he puesto.

Nada.
Silencio.

Sin dar opción la radio lo expulsó. He insistido.

Silencio.

Así durante 15 minutos. Empezaba a enfadarme y a convertirlo en una cuestión personal. Sí, ya sé que molestarse con una máquina es absurdo pero a las 08:30 am y con lo mal que me sienta madrugar los lunes….

Por esta vez gané yo. De pronto empezó a sonar la primera canción. Era Serrat (que nadie se meta con Serrat que es una de mis debilidades, sobre todo su primera época).

La canción que sonaba era “Vagabundear”. Se me ha pegado el soniquete y la estoy cantando durante todo el día.

Harto ya de estar harto, ya me cansé
de preguntarle al mundo por qué y por qué.
La Rosa de los Vientos me ha de ayudar
y desde ahora vais a verme vagabundear,
entre el cielo y el mar.
Vagabundear.


Como un cometa de caña y de papel,
me iré tras una nube, pa' serle fiel
a los montes, los ríos, el sol y el mar.
A ellos que me enseñaron el verbo amar.
Soy palomo torcaz,
dejadme en paz.


No me siento extranjero en ningún lugar,
donde haya lumbre y vino tengo mi hogar.
Y para no olvidarme de lo que fui
mi patria y mi guitarra las llevo en mí,
Una es fuerte y es fiel,
la otra un papel.


No llores porque no me voy a quedar,
me diste todo lo que tú sabes dar.
La sombra que en la tarde da una pared
y el vino que me ayuda a olvidar mi sed.
Que más puede ofrecer
una mujer...


Es hermoso partir sin decir adiós,
serena la mirada, firme la voz.
Si de veras me buscas, me encontrarás,
es muy largo el camino para mirar atrás.
Qué más da, qué más da,
aquí o allá...

lunes, 4 de febrero de 2008

Cambio de Racha

En principio tenía pensado que este post fuera una reflexión de mi mala suerte.
Llevo un par de fines de semana en que no me salen bien las cosas. El sábado la mala suerte parecía que se reía en mis narices. Ya se sabe que si algo puede ir mal... irá mal.

En esas estaba cuando esta mañana recibí una llamada de Alfonso. No estaba en mi ánimo hablar con nadie así que no cogí el teléfono. Un par de horas más tarde recibí un mensaje que decía:

"A las 7 en Depintxos. No puedes faltar".

La leche. Con un mensaje así.... pues eso. Mi aura negativa, mi incipiente resfriado, mi mala uva acumulada y yo nos fuimos al Depintxos. A las 7 de la tarde. Como un reloj.

Estaba cerrado. Genial.

Llamé a Alfonso y fui al nuevo lugar de encuentro. Estaban casi todos nuestros amigos.

Mis sospechas se confirmaron pronto. Alfonso se casa.

Con una noticia así..... toda mi negatividad se esfumó de repente. Hasta parece que puede haber luz al final de mi túnel particular.

Mi más sincera ENHORABUENA a Alfonso y Teresa. (Teresa, tú sabrás lo que haces).