lunes, 28 de febrero de 2011

Jarandilla

Viaje a Jarandilla de la Vera. Cuna del tabaco y el pimentón.

Salimos el viernes después del trabajo, con toda la ilusión del mundo por delante. A medida que nos acercábamos el paisaje iba cambiando poco a poco y Pilar me explicaba el funcionamiento de las Dehesas (sí, no pude contenerme y hacer el chiste “yo quiero una de esas”. Menos mal que íbamos a 120 km/h y ella no podía saltar del coche en marcha). El caso es que da gusto escucharle hablar del sistema de alternancia de ganado, de las propiedades del terreno, de los robles, las encinas, los olivos…

Que me voy por las ramas. Tardamos en llegar unas dos horas y pico. El parador es espectacular. Es un palacio/castillo de los que impresiona cuando te acercas.

Como llegamos pronto aprovechamos para dar un paseo por el pueblo. Un horror. Lo siento mucho si alguien de Jarandilla está leyendo esto, pero el urbanismo de ese Ayuntamiento es para poner a alguien en la picota. Es un pueblo cuyo único encanto es el paseo alrededor del parador…. Porque se ve el parador. Si te asomas a cualquier otra calle…. Es uno de los pueblos más feos que he visto.

El sábado nos levantamos pronto para desayunar. Entre chorizo, tortilla y migas (es lo que tiene desayunar en un hotel) tuvimos la siguiente conversación:

- Estoy cansada.
- Bueno, no hace falta hacer nada. Si quieres damos una vuelta y nos venimos a descansar. Leemos un poco o algo así.
- Sí, será lo mejor. No quiero caminar mucho. Quizás un paseíto, pero nomás.

Dicho y hecho, fuimos a la oficina de turismo y nos recomendó hacer la ruta del Emperador. Resulta que Carlos I (o Carlos V, que es lo mismo) se alojó una temporada en el palacio reconvertido a parador y desde ahí fue al Monasterio de Yuste para su retiro. El camino que hizo de Jarandilla a Yuste ha sido convertido en una ruta que se puede hacer caminando.

- Tengo ganas de hacerla.
- Mi vida…. ¿no te parece que 10 kilómetros caminando es un poco excesivo? Además, ¿no estabas cansada?
- Sí, pero es un paseíto. Cuando estemos cansados nos volvemos.

La ruta comienza en un puente romano. La primera indicación para seguir la ruta se encuentra en un cruce de caminos. Por supuesto ni la vimos y anduvimos hora y media por un camino de cabras bordeando el río. Cuando estábamos escalando un risco con un precipicio al otro lado, decidimos que igual esa no era la dichosa ruta del emperador. Sinceramente, no veía yo a Carlos I haciendo de cabra montesa.

Debo decir, que si el pueblo de Jarandilla era feo, el camino por el río y la ruta del Emperador sí fue más que agradable.

Finalmente encontramos la ruta y anduvimos hasta Aldeanueva de la Vera (creo que el nombre era así). Encontramos otro río y otro puente donde aproveché para pedir un deseo (no, no pedí que me tocara el euromillón. Mierda. En ese momento no se me ocurrió). Después de otro paseo por el río volvimos a Jarandilla. En total anduvimos unas cinco horas.
Por la tarde subimos a Guijo de Santa Bárbara. En general todos los pueblos tenían su encanto (todos menos Jarandilla). En Guijo aprovechamos para hacer las compras. Estuvimos buscando desesperadamente un lugar que vendiera pimentón al peso (al parecer es lo mejor) pero fue imposible. Después de un paseíto de dos horas volvimos al parador y nos fuimos a leer un libro a una terraza al aire libre.

Al día siguiente me encontraba con la espalda un poco dolorida, menos mal que el desayuno fue reconstituyente:

- Hoy sí que no vamos a cansarnos –dijo Pilar-. Vemos el Monasterio de Yuste y vamos a Oropesa a comprar unos bollos para mi madre.
- Me parece estupendo.
- A lo mejor un paseíto… pero cuando nos cansemos paramos.

Cogimos el coche y enfilamos a Yuste. Dimos un paseo por el Monasterio (nos cobraron 2,5 eurazos por persona. Los curas sí que se lo saben montar) y luego anduvimos un rato por un sedero que llevaba a la garganta de la olla. Como el sendero era de 10 km, propuse que tal vez, sólo tal vez, sería mejor dar marcha atrás e ir en coche. Gracias al cielo, Pilar me hizo caso. En la garganta de la olla anduvimos solamente otra horita y media.

Hoy estoy con la espalda destrozada. Para dormir tuve que tomarme dos antiinflamatorios y un nolotil. Tengo la hernia discal que no me deja incorporarme ni dar dos pasos sin sufrir un relámpago de dolor de la cabeza a los pies. Hasta he pedido cita en una clínica de traumatología. Llevo todo el día meándome porque no puedo ni imaginarme el dolor de espalda en el camino de mi sitio al baño. Como alguien me diga si quiero dar un paseíto….