sábado, 21 de noviembre de 2009

La necesidad obliga

Hace cuatro meses que me entregaron mi casa. Desde entonces, he ido tirando con pequeñas chapuzas. He aprendido a montar muebles de Ikea (no, no es tan sencillo como parece) y he pedido algún que otro favor a mi padre, mi cuñado y a amigos para que me echaran una mano. Lo que nadie quería hacer era montar el tendedero.
Claro, un tendedero puede parecer una tontería: “si son dos cuerdas mal puestas”. Ya, pero es que el niño (es decir, yo) quería un tendedero de esos que van colgados al techo y cuando quieres tender se baja con una manivela.
Viendo que no era capaz de poner una colada porque no tenía dónde colgar la ropa… la necesidad obliga, al final me decidí a instalar un tendedero de techo por mí mismo. Así, porque yo lo valgo. Con un par.
Para aquellos que no os hagáis idea de la dificultad de la empresa, ahí va una foto aclaratoria:


Aquí va la crónica de mi hazaña,…


Capítulo I.- La importancia de la preparación


Para empezar, es fundamental la seguridad en uno mismo. Y yo, seamos sinceros, tengo todas las papeletas para ser un genio del bricolaje. Para empezar, aunque siempre me he reído de mi padre, la verdad es que es un fenómeno y siempre anda haciendo chapucillas por casa. Y luego, lo más importante, más de una vez de resaca me he tragado de cabo a rabo el programa del barbas de telecinco. Vamos, que me podría ganar la vida con esto…. Fijo.
Lo primero que he descubierto es que nunca debes reírte de tu padre. Me explico. A veces, cuando mi padre se pone a colgar lámparas y cosas por el estilo, aparece con unas gafas y con un gorro de la ducha!!! Cada vez que le veía no podía para de reír… hasta ahora.

Ayer entendí por qué mi padre usa un gorro de la ducha y gafas de bucear cuando hace agujeros en el techo con el taladro... porque te pones perdido. Tuve que parar después de hacer 2 agujeros!! Tenía el pelo completamente blanco y los ojos que daba pena verme!! Y solo con dos agujeros... Y encima es cansadísimo!!! jajajaja. Al ver mi imagen en el espejo empecé a pensar que igual no estoy hecho para el bricolaje.
Como soy un cabezón y una vez puesto tengo que terminar lo que empiezo, la solución era fácil: hacerme con unas gafas, que,… como no…, tenía casualmente cómodamente guardadas en el maletero del coche. Camino del garaje, me encontré con 4 vecinos que me miraban como si fuera un pordiosero y que, me da a mí, que no me van a volver a hablar en la vida. Y les entiendo. Si veo salir del ascensor a un tío con el pelo lleno de polvo blanco, los ojos inyectados en sangre y en pijama…. Lo mínimo habría sido llamar a la policía.
Después de confraternizar con los vecinos volví a casa y para completar el modelito me puse una bolsa de Alcampo a modo de gorro. El modelito no tenía desperdicio.


Capítulo II.- El tamaño de broca importa


Después de hacer otros dos agujeros más, lo siguiente era meter los tacos. Y….... tachááááán... los agujeros eran demasiado pequeños, jajajaja. Tuve que rematar los agujeros con una broca más grande y al terminar estaba como si me hubieran dado una paliza. Me dolía todo. La espalda, lo que más. Ahora empiezo a admirar al vasco ese de la barba que sale (o salía) en telecinco. Una vez hecho los cuatro agujeros del techo faltaba poner la cuerda y lo de la pared.... y ver si funciona, claro.

Debo aclarar un pequeño detalle. Esos cuatro agujeros me llevaron algo más de dos horas….. Así, como suena, jajajajaja.
Para un día estaba bien. El Resto para el día siguiente. Por cierto, no es aconsejable intentar comer después de hacer bricolaje. Tenía el estómago lleno del polvo del ladrillo, jajajaja. Para la próxima me cojo también el tubo de respirar debajo del agua para no estar masticando el polvillo ese que, además, sabe fatal.


Capítulo III.- Liado en la tela de araña


A veces me imagino a la gente que trabaja escribiendo las instrucciones para montar muebles y cosas como el tendedero. Deben pensar algo como: “¿¿Qué puedo hacer para que quien compre esto termine acordándose de mi padre, mi madre y toda mi familia???”
Es para volverse loco. Transcribo literalmente las instrucciones del tendedero para poner las cuerdas: "La cuerda "A" tiene: el tramo A4 y el tramo A3 a los que se suma dos veces la distancia que llamaremos Y, que es el tramo que va verticalmente desde la Caja de Accionamiento hasta las poleas guías.A=A4 A3 2Y"
No sé qué os parece, pero yo creo que la fórmula, si sigues las instrucciones, sería A=A4+A3+2Y. Igual luego tengo que ir a buscar cuerda a algún sitio, pero me la voy a jugar...


Capítulo IV.- Insisto, el tamaño importa


Tres agujeros más y parece que de momento todos van a valer. Lo único malo ha sido que uno de ellos se me ha quedado poco profundo. He metido el taco y como no entraba del todo, me he puesto a darle con el martillo..... ¡¡Error!!. Tremendo error. He aprendido que si haces eso, el taco se destroza y no puedes meter después el tornillo. Y para sacar el taco.... más sangre, sudor y lágrimas, jajajaja.

Ah, no. No vale pensar qué habría hecho Mc Gyver. Acabas intentando sacar el taco con un chicle y… de verdad… ¡¡¡el remedio es peor que la enfermedad!!! jajajajaja


Capítulo V.- Las Instrucciones,… ¿antes o después de liarla?


Un pequeño percance. Resulta que donde va la manivela había que poner cuatro tornillos de sujeción y como había 4 arandelas y ya no me quedaban tornillos... blanco y en botella. He usado las arandelas para eso. ¡¡Otro error!! Las arandelas son para que no rocen las cuerdas en el bastidor. He tenido que sacar todo el mecanismo de la manivela y volverlo a poner. Esto me enseñará a leer todas las instrucciones antes de empezar.... el cabrón que las escribió debe estar descojonado.


Capítulo VI.- Montaje final


El tendedero, funcionar.... funciona. Está todo mal... pero funciona. El tendedero está al revés, las cuerdas van a las poleas que no son... pero funciona. Debería cambiarlo, lo sé. Lo malo es que no tengo fuerzas para afrontar la titánica tarea de volver a poner todas las cuerdas otra vez!!!!! jajajajaja.


Capítulo VII.- Prueba superada

Oé oéoéoéoéoéoéoéoéoé!!!!!!!!!!!!!!!!! TERMINADO!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! Oé oéoéoéoéoéoéoéoéoé!!!!!!!!!!!!!!!!!Ya tengo tendedero!!!!!!!! Conseguí sacar fuerzas de flaqueza y arreglarlo.Mañana me compro los productos para la lavadora y la estreno!!!

jueves, 5 de noviembre de 2009

Un recuerdo

Hace poco una amiga me dijo que había perdido la fe en muchas cosas.
Casi de forma automática pregunté -¿En qué cosas?
Ella, cerrando los ojos y moviendo de lado a lado la cabeza dijo – no me refiero a la religión. Hablo de pensar que hay cosas que duran para siempre.
No dije nada. Era evidente que hablaba de querer a otra persona. De la existencia de un sentimiento que perdure en el tiempo.
- Lo peor es que no sé si seré capaz de recuperar esa fe alguna vez – y al terminar la frase se llevó la mano a la frente con un gesto que no podré olvidar. Luego me miró a los ojos y no dijo nada más.

No sé si ella recordará esa conversación. A mí me sorprendió porque yo sí creo que hay cosas que duran para siempre.
Es verdad que no soy el mejor ejemplo para hablar de esos temas, pero sé (con esa certeza que no se puede racionalizar ni explicar) que hay sentimientos que pueden permanecer inalterables con el paso del tiempo.

Es cierto que los hay que surgen como una explosión y se agotan al apagarse el eco del estruendo producido. Los hay que nacen de forma tranquila y desaparecen del mismo modo. Pero creo que también los hay que surgen sin saber por qué, alimentados por quién sabe qué fuente de energía y que parecen no tener fin. Quizá son demasiadas incógnitas; al fin y al cabo es cuestión de fe. Yo estoy convencido de eso y estoy seguro de que ella, en el fondo, también lo cree (o lo quiere creer).