viernes, 31 de julio de 2009

Boda en Ciudad Rodrigo

El sábado amanecí a las 11:00 de la mañana gracias al amable señor encargado de repartir el butano que conversaba pausadamente y en voz baja con la recepcionista del hotel.

Como no sabía qué hacer para pasar la mañana, cogí el plano que había conseguido el día anterior. A un lado estaban indicadas todos los monumentos/edificios relevantes. Daba vértigo comprobar la cantidad de cosas que había para visitar en el casco histórico. En la parte de atrás del plano había un apartado de “rutas de interés” y mis ojos se posaron en “arte rupestre”. Mi escasa cultura hace que a la mención de arte rupestre me venga a la memoria única y exclusivamente la cueva de Altamira y la reproducción que visité, años ha, en el Museo Arqueológico de Madrid.

El caso es que la idea de ver arte rupestre de verdad (y no una imitación por muy buena que sea) me apeteció, así que cogí el coche y a la aventura. Apenas 15 minutos por una carretera de doble sentido y después de cruzar un viaducto llegué a Siega Verde.

Me cobraron 4 euros por la visita. Primero me llevaron a una sala de proyección donde me pusieron un corto en el que se cuenta la historia del asentamiento y de la conservación y descubrimiento de los grabados en Siega Verde. Resulta que están datados entre los 15.000 y 18.000 años de antigüedad. Ahí es nada. Toma ya.

Después de la película te lleva un guía por un camino a lo largo de la margen del río y te va enseñando las rocas con los grabados. Al principio cuesta verlos un poco pero en cuanto te acostumbras a ver las líneas cinceladas en la piedra y empiezas a ver los relieves de las figuras, es espectacular. De verdad que recomiendo esta visita si alguna vez pasáis por Ciudad Rodrigo o Siega Verde.

Después de comer, vino la obligatoria siesta viendo el tour de Francia (habría que hacer un concurso: ¿qué es mejor para echarse la siesta, los documentales de la 2 ó el tour de Francia?)

La boda fue rápida y sin complicaciones. Vamos, que los dos dijeron sí quiero. Lo mejor de la boda fue la indecisión de la gente en los momentos de levantarse y estar sentados. Más de una vez me encontré de pie yo solo, con todo el mundo sentado hasta que el cura les pedía que se levantaran (y eso que las únicas misas a las que voy son las de las bodas).

El aperitivo del banquete fue una fusión culinaria (qué bien me ha quedado eso, leñe). Había niguiris de salmón, de pulpo y makis variados además de gambas en gabardina y demás productos típicos. Lo mejor, unas bolas de foie con almendras. Si no me tomé 10 bolas de foie no me tomé ninguna. Qué ricas, madre.

La cena fue muy agradable. Estuve sentado con la gente de la facultad y nos reímos bastante. Lo único malo para mí es que fue una mesa de tres platos y se me hace eterno. Soy partidario de cenas de dos platos, lo más rápido posible, y al baile. La cena terminó a las dos de la mañana. Fue difícil venirse arriba después de eso pero hice un esfuerzo, me enchufé un par de copas del tirón y al lío.

Lo mejor del baile fue que por una vez en la vida, las chicas más guapas también fueron las más simpáticas. Gracias a eso ahora entiendo el orden natural de las cosas. No es bueno que las chicas que son tan guapas sean tan simpáticas. Acabó todo el mundo loco perdido. Si al final lo mejor va a ser que cada uno esté en su sitio, las guapas a un lado y los que somos feos en otro. Me recordó un poco a una de las obras de Shakespeare, ya que por el azar del destino, es posible que en una noche de verano la Reina de las Hadas se enamore de un burro. Lo malo es que a la mañana siguiente el recuerdo que queda es el de un sueño. Y ya se sabe… los sueños… sueños son.

Como es costumbre, después de las copas de la boda seguimos saliendo y cerrando bar tras bar.

En definitiva, un fin de semana genial. Desde aquí mucha suerte a los newlyweds y mi más sincera enhorabuena.

miércoles, 29 de julio de 2009

Aperitivo

Otra boda. La última de este año. Al menos, que yo sepa. Siempre puede ocurrir que al árbitro le de por pitar un penalti injusto e inesperado en el último minuto.

Esta vez se trataba de un viejo amigo de facultad. Uno de los pocos con los que he seguido manteniendo un contacto habitual. Digamos para entendernos que él es R*** y ella es N***.

El viernes, como ya comenté en mi anterior post, fui rumbo a Ciudad Rodrigo. El viaje fue desagradable. Hubo atasco a la salida de Madrid y hasta abandonar la A-6 hubo continuos frenazos que obligaban a estar en alerta continua.

No sé si alguien se acordará de un anuncio de coche en el que el protagonista decía que conducía con un mono de copiloto que le apuntaba con una ballesta. Dejando claro que yo (al contrario del tipo del anuncio) no tomo ningún tipo de sustancias alucinógenas, la sensación que tenía durante el viaje era esa. Menos mal que gracias a canciones como “Save the last dance for me” podía relajarme de vez en cuando.

El viaje no había sido un buen presagio. Tampoco ayudaba que hacía mucho tiempo que no veía a la gente que estaba invitada a la boda. Tenía la sensación de que el fin de semana iba a ser desastroso. Hasta que llegué al hotel.

- Buenas tardes.
- Buenas tardes.
- Tenía una habitación reservada a nombre de *****.
- Necesitaré su DNI, caballero.
Mientras la recepcionista se entretenía en teclear mis datos en el ordenador me dediqué a echar un vistazo a los folletos que había en el mostrador. Cómo no, había un plano de Ciudad Rodrigo que no dudé en coger. Para alguien como yo, con un sentido de la orientación de cero en una escala del 1 al 10, tener un mapa es como tener el comodín del público.
- Caballero…- dijo la recepcionista ofreciéndome mi DNI y un folio, - aquí tiene su DNI y las indicaciones para la fiesta de esta noche.

Escuchar esas palabras y que mi mandíbula se cayera al suelo fue todo uno.
Cogí el folio con la mano temblorosa y lo primero en lo que se fijaron mis ojos fue: Aperitivo enlace R*** y N****.

Qué grande. Qué mítico. Qué profesional. No tengo adjetivos ni palabras para describir los pensamientos que cruzaron mi mente así que confío en el lector para que se haga una idea de mi reacción.

Con la perspectiva de una fiesta-aperitivo subí a la habitación del hotel. Cama grande, televisión grande y baño grande. ¿Qué más se puede pedir?.

Después de una ducha rápida y de enfundarme en mi mejor ropa de caza, intenté meter la dirección de la fiesta en el gps. Sí, en el folleto de la fiesta-aperitivo venía indicado cómo llegar desde la puerta del hotel, pero donde esté mi gps… jooder con el gps. Me metió por 15 kilómetros de camino de cabras. Y cuando digo camino de cabras. Al principio tenía una pinta bárbara. Un caminito perfectamente asfaltado atravesando el campo, con ganado a los lados y con casitas preciosas. De pronto, el asfalto cambió por una senda de grava y piedras (eso cuando no había zanjas en medio del sendero), las vacas ya no tenían ni pizca de gracia y no me faltaron ganas de lanzar el gps al río que crucé por un puente que temblaba con el peso del coche.

Ya en el pueblo, después de 10 minutos perdido, pregunté a un simpático aldeano cuya dentadura no es que estuviera en “rompan filas”, los piños directamente habían desertado. Tan amable era el aldeano que se subió al coche y me llevó casi hasta la puerta de la fiesta (el jardín de la casa de los padres de la novia). Menos mal que el paisano se bajó antes de llegar. Yo veía que se acoplaba como un campeón.

En la fiesta hubo reencuentro de gentuza tan gentuza como yo (lo cual siempre es agradable). Unos tenían más barriga, menos pelo y otros, como yo, con más canas que en la facultad. Algunos hasta han madurado, lo cual me estremece y acongoja a partes iguales. Un día de estos tengo que proponerme lo de madurar. Seguro que me viene bien.

El aperitivo fue estupendo. Había todo lo que se le puede pedir a un aperitivo. Por un lado, jamón (ay, jamón del alma mía, cuánto te quiero), queso y lomo. Por otro lado croquetas y tortilla (reconozco que probé un poco de todas las tortillas que había y una se acercaba bastante a la suprema calidad de mis tortillas). Además de infinidad de otras cosas para picar había un hornazo que nada más probarlo hizo que se me saltaran las lágrimas de lo bueno que estaba. El hornazo (yo no recuerdo haberlo probado antes. Me temo que soy un inculto culinario) es una especie de pan relleno de chorizo, panceta y cualquier cosa que vaya bien servida de grasa (ojo, no confundir con el pan preñao. La apariencia es más como una empanada).

Una vez saciada la bestia, uséase, calmado el apetitto, aparecieron en la puerta de la casa unos tunos. Bueno, tunos no, que cuando lo dije más de uno se me saltó a la yugular. Allí se llama “rondalla”.

A todo esto, he buscado “rondalla” en la RAE y la tercera acepción es “ronda de mozos”. Si tenemos en cuenta que el más joven de los mozos debía tener 50 años, llamarles rondalla debe ser el mayor halago que les puedan hacer.

Dejando de lado la metafísica de las palabras la rondalla tocó mucho y muy bien. No quiero comentar la cara de pardillo de R**** mientras soportaba estoicamente las primeras canciones de la rondalla. Resulta que cuando llegó la ronda se tuvo que enfundar en una capa. Después cantaron a la novia que estaba subida al balcón (sí, “bella moza, sal al balcón”) y cuando la novia bajó le puso la capa y todos contentos.

Luego la ronda siguió tocando y reconozco que me sabía la gran mayoría de las canciones. Como no pude reprimirme, canté a voz en grito. Lo que no termino de entender es por qué la gente de mi alrededor me miraba con ojos inyectados en sangre y con ganas de estrangularme. Qué gente tan rara. Además, sólo me vine arriba de verdad con “María la portuguesa”. Bueno, y con “Julio Romero de Torres”. Vaaale, y con alguna más.

En cuanto a la muchachada, lo más destacable fueron unas gemelas, perdón, mellizas, que eran bastante guapas y una prima del novio que era un compendio de virtudes (virtudes que incitan a pecar, como diría Don Juan, pero el Don Juan de Tirso que era más golfo que el de Zorrila, a pesar del nombre de su autor).

Al terminar la ronda pusieron en un proyector el típico montaje de fotografías de los novios. Después de eso y de haber entablado conversación con la parte femenina de las familias de los novios nos fuimos de vuelta al campamento base, a Ciudad Rodrigo para conocer los bares de la zona.

Del resto de esa noche, lo mejor fue la siguiente pseudo-conversación con una de las féminas.

- La verdad es que estoy sorprendido- dije.
- ¿Por?
- Hay mucha gente de marcha por aquí.
- ¿y qué tiene de raro?
- Pues que Ciudad Rodrigo no tiene pinta de ser un sitio muy grande, la verdad. No esperaba que hubiera tantos bares y con tanta gente que salga por la noche.
La chica se quedó callada unos instantes y luego dijo: - Tú eres de Madrid, ¿verdad?
- Mmm sí. ¿Se nota mucho?
- Mucho.

Después de aquello (que por alguna razón no le gustó) decidí hacer mutis por el foro y reservar mis fuerzas para el día siguiente. Más vale una retirada a tiempo.

domingo, 26 de julio de 2009

La cancion del pagafantas, la “cock-teaser” y el cuasicornudo.



El título, ademas de explícito, es bastante descriptivo.

Este fin de semana he estado en Ciudad Rodrigo. Ha sido unos días estupendos. Prometo un post en los próximos dias contando todo lo que ha ocurrido, lo que no ha ocurrido y lo que me hubiera gustado que hubiera ocurrido.

En realidad esto pordria considerarse como un prólogo de lo que vendrá. El viernes por la tarde salí de Madrid rumbo a Ciudad Rodrigo con un nuevo cd preparado para acompañarme en el coche. Como es *.mp3 lo que suelo hacer es seleccionar un montón de canciones del ordenador, de tal forma que nunca sé muy bien lo que hay hasta que lo escucho.

Cuando sonaba una canción que estaba en la carpeta de “oldies” no podia creerme lo que estaba escuchando. En apenas dos minutos se resumen varios prototipos de la fauna que habita los bares nocturnos.

El primero, el pagafantas. Ahora está muy de moda con la película, pero pagafantas han existido siempre (todos, y digo TODOS hemos sido pagafantas alguna vez).

La calienta, para qué explicarlo. Al cabo de los años creo que son un mal necesario. Ahora que lo pienso, lgún tendré que dedicarle un post a este tema ya que hay varias modalidades de calientas (para qué negarlo, algunas son )

Y el cuasicornudo… Éste se lleva la palma. Es el claro ejemplo del pobre que tiene una novia cañón a la que le gusta tener palmeros.









You can dance Ev'ry dance with the guy
Who gives you the eye Let him hold you tight
You can smile Ev'ry smile for the man who held your hand
'Neath the pale moonlight
But don't forget who's taking you home
And in whose arms you're gonna be
So darlin', save the last dance for me, mmmm
Oh, I know (oh, I know)
That the music's fine Like sparkling wine
Go and have your fun
Laugh and sing
But while we're apart
Don't give your heart to anyone
But don't forget who's taking you home
And in whose arms you're gonna be
So darlin', save the last dance for me, mmmm
Baby, don't you know I love you so
Can't you feel it when we touch
I will never, never let you go
I love you oh, so much
You can dance (you can dance)
Go and carry on '
Til the night is gone
And it's time to go
If he asks if you're all alone
Can he take you home you must tell him no
'Cause don't forget who's taking you home
And in whose arm's you're gonna be
So, darlin', save the last dance for me

martes, 7 de julio de 2009

Hasta las pelotas de Michael Jackson.

Pues sí. Lo siento mucho por todos los fans (si es que había alguno antes de que se muriera, porque hasta el otro día no había escuchado una canción de este tío desde hacía 10 años) pero no soporto más el poner la tele y ver a Jacko (¿alguien había oído que le llamaran así antes de palmarla?).

Además, para empezar… ¿Alguien se cree que ese tío era Michael Jackson? Mi teoría es que después del video de Black or White pegaron el cambiazo y pusieron a un pringao a ocupar el lugar de M.J. Y claro, como el sustituto estaba como una cabra ahora le había dado por querer actuar y cantar… resultado: se lo han cargado.

Pero a lo que iba. Hoy, sin ir más lejos, he puesto la tele buscando ver los Sanfermines (para recordar mis tiempos de corredor de encierros) y ¡¡zas!!! ¿qué estaban poniendo? Un vídeo de Michael Jackson en el que era interrogado por los abusos a menores.

Decidido a no rendirme cambié de canal. ¡¡Trasca!! Otra vez el dichoso “Jacko”. Esta vez el lío era que Liz Taylor se negaba a ir al funeral. Apasionante.

Desesperado, volví a cambiar de canal… Presentación de Cristiano Ronaldo. Bueno, pensé, por lo menos…. Pero, de repente, cambio de noticia y…. sorpresa!! El papá de Michael en primera plana porque el Juez da validez al testamento de hace nosécuántos años y se queda sin herencia.

A punto de lanzar el mando de la tele por la ventana volví a pulsar el botoncito para hacer un cambio de canal: Beyoncé cantando un homenaje a Michael Jackson. Confieso que ya no cambié de canal, que puede no gustarme “Jacko” pero uno no es imbécil.


PD: Lo que más me molesta es que no me quito de la cabeza la canción de Thriller. Qué bueno era el cabroncete.