jueves, 11 de marzo de 2010

Qué bonitas las plantas de mi casa

Tarde o temprano, en una casa nueva hay que poner alguna que otra planta. Da igual el motivo, al final siempre, irremediablemente, acaba habiendo una.
Los más vagos las compran de plástico o papel.
Yo, como no podía ser de otra manera, preferí las plantas de verdad, las naturales. Nada de imitaciones ni de copias vulgares.
Para la elección del tipo de planta, tuve la fortuna de contar con el asesoramiento de una experta.
Resultado:
Para dar color a la casa nada mejor que unos tulipanes y unos jacintos.
Como esas plantas son bulbos y una vez que se pasa su temporada hay que meterlos (eso creo) en un tarro de cristal donde no les de el sol, hacía falta otra planta que estuviera todo el año dando verdor a la casa. Así que además, compré una Chaflera, perdón , schefflera actinophyla y un potos.
Luego, por mi cuenta y riesgo no pude evitar comprar un limonero (que ya me han dicho que se me va a morir en dos semanas, pero ojo, ¿y si sobrevive?).

El siguiente paso, es el cuidado de las plantas. Como complemento al riego compré un abono líquido. Este abono hay que añadirlo al agua y al regar hace que las plantas salgan más verdes, más fuertes y más de todo.

En las instrucciones del abono líquido pone que un tapón (que es como la cuarta parte de un vaso de chupito. O sea, ná de ná) del abono por cada 3 litros de agua es la medida adecuada. Como soy de la opinión de que mariconadas las justas, puse un tapón para un litro. Además, si con un tapón están más verdes y más fuertes, y más de todo, con un tapón por cada litro, debería estar el doble de verde, el doble de fuerte y el doble de todo. Vamos, que debería ser la leche.

Pues no.

Ahora cada día que voy a casa recojo una bolsa de hojas que se caen de las plantas porque están medio muertas de la sobredosis del abono.

Si es que…..