martes, 6 de abril de 2010

Lo que se escucha en vacaciones

Aprovechando la Semana Santa decidí pasar las vacaciones en Almería, buscando desesperadamente, un poco de sol.
Que nadie piense que renuncié por completo al turismo cultural. Me dio tiempo hasta de ir a ver una procesión.
El caso es que durante estos días he tenido la oportunidad de ser testigo de excepción de varios acontecimientos/sucesos dignos de mención.

El primero de ellos se produjo mientras comía en un restaurante. Mis amigos y yo pedimos una ensalada para picar, una ración de sardinitas y una fritura de pescado. Como tardaban mucho en servir la comida y el hambre apretaba, le dijimos a la camarera: - Por favor, nos podías traer un ali-oli?.
-Alioli no tengo- contestó la camarera- pero si queréis os puedo poner un poco de ajoblanco.
Al cabo de unos minutos la camarera trajo el ajoblanco y a los pocos minutos pude escuchar a los de la mesa de al lado, un matrimonio con un niño y una niña, con un acento de catalán cerrado no, cerradísimo, pedirle a la camarera: -Oiga, tráiganos a nosotros lo mismo que a ellos.
Dicho y hecho. Ajoblanco que te crió en menos de dos minutos.
En esto, que el niño de la mesa de al lado le dice a la madre: “Mare, escolta, esto no es alioli”.
- No, fill, veurás: El alioli solo existe en Cataluña. Esto es lo que toman fuera de Cataluña.
Y el niño se quedó contentísimo con la explicación de su “mare”.
Con dos cojones.

El segundo de los acontecimientos/sucesos ocurrió un día al marcharnos de una cala ocupada por “perroflautas”. Baste decir que para llegar a la cala había que dar un paseo de una hora y que al llegar, lo primero que te encuentras es con una comuna pseudo nudista al más puro estilo flowerpower (en plan, una tía en bolas cogiendo agua de un manantial con una jarra y echándoselo por encima, o un puesto de hacer rastas, las tres amigas gordas haciendo nudismo en la playa…)

El caso es que para acceder a esa cala, además del paseo, se podía ir en “taxi acuático”, o lo que es lo mismo, una zodiac que cobraba 6 cheuros por persona. Pues según nos estábamos marchando escuché la siguiente conversación.
Chica perroflauta: Oye y vosotros, ¿cómo volvéis?
Chico perroflauta: Nosotros, a pata.
Chica perroflauta: Nosotros vamos en el taxi acuático.
Chico perroflauta: Es lo suyo. Nosotros teníamos preparado el dinero para volver en el taxi, que es lo suyo, la verdad.
Chica perroflauta: ¿Y entonces?
Chico perroflauta: Nos lo gastamos en una setas que compramos anoche. Vamos, que el viaje nos le pegamos ayer.
Chica perroflauta: A ver, normal.

Pues eso… normal, tócate los cojones Mariloles.