miércoles, 3 de febrero de 2010

Locuras

Hace poco que me he enganchado a escuchar Cadena 100 por las mañanas. Reconozco que el programa de “Buenos días, Javi Nieves” consigue que de cuando en cuando suelte una carcajada en el coche.

Desde hace unos días están con San Valentín. Piden que la gente les cuente su historia de amor y la canción a la que va unida.

No, que nadie se eche a temblar. No voy a contar ninguna historia personal. Cuento todo esto porque me ha recordado a uno de mis mejores amigos en la universidad: Iván, más conocido como “El Sr. Miyagi”.

En San Valentín, el Sr. Miyagi aparecía en la facultad con el dominical de El País. En esa revista se recogían cientos de cartas que personas (unas anónimas, otras con nombre y apellido) dirigían a sus seres queridos a través del periódico.

Y de ahí, mi mente ha derivado en las locuras de amor que conozco. Y la verdad, me he sorprendido al comprobar que no conozco ninguna barbaridad que luego haya salido mal.

Hablando del Sr. Miyagi, un día conoció a una gallega de la que se enamoró. Sin pensárselo dos veces, a los pocos meses se fue a Vigo con ella y ahora tiene un trabajo estupendo y un Miyaguito que todavía no ha cumplido un año.

Una prima mía se lió un verano con un italiano (chst, que nadie diga nada. A mí también me caen mal los italianos, qué se le va a hacer). El susodicho se presentó en su casa después de Navidad para decirle que la quería y no podía vivir sin ella. Hoy viven en Urbino y son padres de dos chavales.

Una tía mía de Canadá se casó con su novio cuando apenas tenía 18 años y hoy son padres de una hija maravillosa y 3 machotes a cada cual más cachondo.

Un gran amigo mío al que reconozco que llevo un par de años que he dejado de lado, dejó a su novia de toda la vida (a la que ninguno de nosotros soportaba, todo sea dicho) y se casó a los pocos meses con otra chica (una amiga suya del colegio). Ahora es padre de un chavalote y está esperando el segundo.

Una chica del trabajo se marchó a Portugal para vivir con su novio y casarse. No sé qué ha sido de ella pero espero y confío que todo le vaya bien.

Una chica de la facultad conoció de Erasmus a un inglés y él se vino de vuelta con ella. Ahora están felizmente casados y comen perdices (que digo yo que será un coñazo comer siempre lo mismo, pero bueno)

En fin, ya sé que habrá mil historias que no conozco y que hasta la más pequeña historia de amor esconde mil locuras. Esto simplemente es lo que se me ha venido a la memoria en estos momentos.

martes, 2 de febrero de 2010

Promoción

Quien me conoce sabe que tengo alguna virtud. También sabe que tengo muchos defectos. Los sobrellevo como puedo. Yo me conozco así que no me vale de nada arrepentirme y me lo tomo con filosofía.

El lunes pasado fui a Jumbo. Vale, Jumbo desapareció hace unos 15 años, pero siempre será Jumbo y el parque de Jumbo. El caso es que iba a comprar un cable vga para conectar el ordenador a la tele y poder echarme mis partidas de go (otro vicio de los míos) a toda pantalla y tirado en el sofá.
Lo tenía todo planeado: Entro mirando al suelo. Avanzo diez metros, tuerzo a la izquierda. Llego al fondo del pasillo, cojo el cable y deshago el camino recorrido.
Entrar y salir, Fácil y sencillo, nice & easy.

Nice & easy… los cojones.

Nada más entrar a la derecha, a lo largo de todo el pasillo principal veo carteles de: “Todo a 1 euro”.

Como tengo una fuerza de voluntad sobrehumana aguanté y llegué hasta el cable vga sin desviarme de mi plan. Pero al volver… al volver mi fuerza de voluntad se fue al garete y compré de todo. De todo y que no me valía para nada. Lo mejor, unos tapones/servidores para botellas, de esos que se usan en los bares cuando dan garrafón. Mi idea era usarlo para el aceite.

Pues ahí están todavía en la estantería. Ni los he sacado del envoltorio.

Al día siguiente, tenía que volver a comprar. Como me conozco y uno no es imbécil (no demasiado) decidí ir acompañado. La idea era que ir con alguien responsable me evitaría el comprar media tienda.

Pues otra vez…. Los cojones.

Acabé con 10 libros (eso sí, de a 1 euro cada uno) a cada cual peor. El caso es que prometían: “Relatos de Vampiros” y ponían como autores a Bram Stoker, Pollidori y demás. “ Hombres Lobo y otras bestias”, etc… El primer relato que leí, se suponía que era de Allan Poe, pues nada de eso, era una mezcla de dos cuentos de Allan Poe echo por un fulano. Vamos, un crimen.

Pero lo mejor fue otra historia… un marido celoso porque su mujer se lo monta con…. ¡¡¡Un gato!!!

Como suena.

Sí, yo me quedé con los ojos igualicos a como los tienes ahora mismo. Como un búho.

En conclusión, me he impuesto a mí mismo no volver a Jumbo hasta que no se acabe esa maldita promoción…. Con dos cojones.