martes, 2 de febrero de 2010

Promoción

Quien me conoce sabe que tengo alguna virtud. También sabe que tengo muchos defectos. Los sobrellevo como puedo. Yo me conozco así que no me vale de nada arrepentirme y me lo tomo con filosofía.

El lunes pasado fui a Jumbo. Vale, Jumbo desapareció hace unos 15 años, pero siempre será Jumbo y el parque de Jumbo. El caso es que iba a comprar un cable vga para conectar el ordenador a la tele y poder echarme mis partidas de go (otro vicio de los míos) a toda pantalla y tirado en el sofá.
Lo tenía todo planeado: Entro mirando al suelo. Avanzo diez metros, tuerzo a la izquierda. Llego al fondo del pasillo, cojo el cable y deshago el camino recorrido.
Entrar y salir, Fácil y sencillo, nice & easy.

Nice & easy… los cojones.

Nada más entrar a la derecha, a lo largo de todo el pasillo principal veo carteles de: “Todo a 1 euro”.

Como tengo una fuerza de voluntad sobrehumana aguanté y llegué hasta el cable vga sin desviarme de mi plan. Pero al volver… al volver mi fuerza de voluntad se fue al garete y compré de todo. De todo y que no me valía para nada. Lo mejor, unos tapones/servidores para botellas, de esos que se usan en los bares cuando dan garrafón. Mi idea era usarlo para el aceite.

Pues ahí están todavía en la estantería. Ni los he sacado del envoltorio.

Al día siguiente, tenía que volver a comprar. Como me conozco y uno no es imbécil (no demasiado) decidí ir acompañado. La idea era que ir con alguien responsable me evitaría el comprar media tienda.

Pues otra vez…. Los cojones.

Acabé con 10 libros (eso sí, de a 1 euro cada uno) a cada cual peor. El caso es que prometían: “Relatos de Vampiros” y ponían como autores a Bram Stoker, Pollidori y demás. “ Hombres Lobo y otras bestias”, etc… El primer relato que leí, se suponía que era de Allan Poe, pues nada de eso, era una mezcla de dos cuentos de Allan Poe echo por un fulano. Vamos, un crimen.

Pero lo mejor fue otra historia… un marido celoso porque su mujer se lo monta con…. ¡¡¡Un gato!!!

Como suena.

Sí, yo me quedé con los ojos igualicos a como los tienes ahora mismo. Como un búho.

En conclusión, me he impuesto a mí mismo no volver a Jumbo hasta que no se acabe esa maldita promoción…. Con dos cojones.

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