martes, 2 de octubre de 2007

Los 4.000 de Navalcarbón II


No pudo ser.
A falta de 3 vueltas (1.200 m) David (el de la moto, no te fastidia) se lanzó al ataque. Aguanté el primer envite y no permití que se escapase.
A falta de 1 vuelta (últimos 400 m) volvió a pegar un hachazo. Esta vez aunque quise reaccionar no pude seguirle. intenté quitarme las zapatillas y tirárselas, pero a ver si me iban a adelantar los demás (eso, y que si fallas y no le das ya es un ridículo espantoso).
Una pena porque la carrera ha sido bastante lenta (21 minutos para 4 kilómetros).
Ahora solo me queda la consolación de que me encuentro en buena forma así que aprovecho y el día 21 de octubre corro los 10 km de CSIC (a ver si bato mi récord personal).
Ah, por si alguien dudaba.... ya hemos quedado para el año que viene. (Dioss, no aprenderé jamás).

7 comentarios:

H dijo...

así no hay modo...

H dijo...

pero yo te quiero igual :D

H dijo...

el campo estaba en mal estado

H dijo...

los jabalíes habían comido porquerías

Anónimo dijo...

Si llego a estar en el punto de avituallamiento, te habría recitado un poema energético. No falla. Quizá en la próxima.

Volveré.

Silverado dijo...

Fue culpa mía. El Coyote nunca atrapa al Correcaminos.
Lo bueno es que nunca deja de intentarlo.

(Si llegas a estar seguro que hubiera ganado).

Vuelve pronto.

Anónimo dijo...

Does the road wind uphill all the way?
Yes, to the very end.
Will the day's journey take the whole long day?
From morn to night, my friend.

(Es la primera estrofa de "Uphill", de Christina G. Rosetti... porque las cosas en la vida a veces son cuesta arriba).

El día que estoy prerrafaelista, lo estoy con todas las consecuencias.

Volveré.