miércoles, 11 de junio de 2008

¿Dígame?

Hace dos semanas se me olvidó el teléfono móvil en casa de la hermana de Paloma.
Ya se sabe, una fiesta, comida rica made in "uombat", copitas, futbolín, charla amena y un poco de magia.... pues se me fue el santo al cielo y no comprobé que me llevaba el móvil.

Como la fiesta no era en casa de Paloma sino en la de su hermana (todavía no entiendo cómo consigue que su hermana le deje su casa cuando ella tiene la suya, pero bueno) no lo he recuperado.

Y el caso es que me di cuenta apenas dos minutos después de que nos fuéramos cada uno por nuestro lado. Intenté buscar a alguien para que me dieran el teléfono de Paloma y rescatar mi móvil. ¿Qué voy a hacer sin mi teléfono?

Pues a los pocos días me di cuenta de que no pasaba nada. Que no es obligatorio vivir todo el día disponible. (Yo hasta duermo con el móvil encendido “por si pasa algo”).

Han pasado casi dos semanas y la verdad es que me he acostumbrado a no depender de mi teléfono. Creo que me va a dar hasta pena cuando este viernes me lo devuelvan.

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