jueves, 1 de octubre de 2009

Amistades Peligrosas

Después de dos semanas de trabajo intenso (sin duda alguna las más extenuantes desde febrero de 2008) parece que hay luz al final del túnel.

He aprendido muchas cosas estos días. Lo primero, que se me da mejor de lo que yo pensaba lo del trabajo en equipo (incluso a altas horas de la madrugada). Lo segundo, que no sé tanto como yo pensaba de unas cosas (lo reconozco, a veces me enroco en una posición y de ahí no me mueve ni Dios).

También me he dado cuenta de que mi actual trabajo es un poco como la película de Las Amistades peligrosas. ¿la otra versión se llamaba Valmont? (Nunca pude decidirme por cuál de las dos películas era mejor) El caso es que aquí para que las cosas salgan hay que saber qué cuentas y a quién se lo cuentas, porque es lo mismo, pero no es igual. Además, es importante quién sabe lo que vas a contar y quién no.

Vamos, un putiferio laboral. Y encima, ya se sabe, el roce hace el cariño, jajajaja.

Espero escribir más posts de ahora en adelante.

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