lunes, 20 de abril de 2009

debut dispar

La semana pasada fue mi estreno con dos equipos nuevos.

El primero de ellos era el equipo de fútbol 7 de la empresa a la que me cambié hace casi 3 meses. Ya había jugado alguna pachanga con ellos pero no es lo mismo que un partido oficial. La verdad es que me salió todo y encima soy el pichichi del equipo. No se puede empezar mejor.

El segundo equipo era de antiguos compañeros de colegio. Hacía siglos que no les veía y no jugaba con ellos desde COU, bueno con los que jugué, por que había alguno que ni siquiera había jugado conmigo. Se jugaba en una cancha de fútbol sala al aire libre. Cuando llegué allí y me encontré con mis excompañeros… me sorprendieron. La verdad es que son de los pocos que no han engordado 40 kilos y se han abandonado a la mano de Dios. Inmediatamente empezamos a hacer bromas y el ambiente era jovial… hasta que vimos al equipo con el que nos teníamos que enfrentar. Vestían con verde y rojo y en el calentamiento jugaban como profesionales.

- No hay problema- dijimos haciendo un corro antes de empezar el partido. -Nosotros a nuestro juego.
- Eso, eso.
- Tocamos el balón.
- Sí, sí, tiki-taka.
- Metemos goles y defendemos bien.
- Así se habla, leñe.

Y esa era toda nuestra estrategia. Vale que no era un tratado filosófico ni un estudio concienzudo de las posiciones de fútbol sala, pero como idea no era mala y motivación nos sobraba.

Cuando el árbitro indicó el inicio del partido se empezaron a escuchar unos ruidos extraños. Resulta que los muy cabrones hablaban marroquí entre ellos. Ahí entendimos que vestían con la camiseta de Marruecos.

En una de las primeras jugadas le metí una patada en la espinilla a un pobre… le di tan fuerte que hasta yo me hice daño. El árbitro no pitó ni falta y el otro desde el suelo, retorcido de dolor, no paraba de gritar cosas al arbitro… pero como lo decía en marroquí nadie se enteró (y menos mal, porque por su tono de voz se acordó de mi madre, de la madre del árbitro y del resto de nuestros árboles genealógicos). Resulta que únicamente dos del equipo marroquí sabían castellano y hacían de intérpretes cuando había faltas o cuando el árbitro decía algo.

Durante los 5 primeros minutos el marcador se mantuvo empate a 0. A partir de ahí empezó el chorreo de goles y al descanso nos fuimos con un 5-0 en contra. ¿La razón? Los marroquíes eran buenos y corrían. Nosotros… teníamos motivación, sí, pero lo de correr, lo que es correr…. Corríamos dos y el resto estaba que echaba los higadillos por las orejas.

El resultado del partido no lo diré aquí pero baste decir que fue peor que el España-Malta.

4 comentarios:

californiano dijo...

13-1

Silverado dijo...

Cría cuervos...

PD: a partir de ahora las clases de mus te las voy a cobrar.

Anónimo dijo...

me gusta tu sentido del compañerismo Silverado. Lo de salvarse de la quema y echar la culpa al resto del equipo cuando se pierde 13-1 no es muy de caballero...siempre fuiste mu malo!

Silverado dijo...

No sé si no ha quedado claro:
¡¡Yo soy el mejor!! jajaja.