miércoles, 15 de diciembre de 2010

Hay que joderse

Fin de semana en Santiago de Compostela.

Todo muy bonito. La catedral, las iglesias, los parques, el mercado de abastos…

El motivo de la visita no era ni mucho menos religiosa, para quien piense que como se acaba el año xacobeo aprovecho el arreón final y de paso me gano los favores del Santo... Nada de eso, la visita era un tema personal.

El caso es que había ido con P*** a hacer algunas visitas y entre ellas, a sus tíos.
Para empezar, quedamos con su tío a las siete en la plaza de la parte trasera de la catedral. Huelga decir que a las siete de la tarde, en Santiago de Compostela, en pleno diciembre, “hace fresco”.

El tío de P*** quiso invitarnos a tomar una coca-cola en un bar de la plaza…. ¡¡en la terraza!!. Tanto fue su empeño que hubo que transigir. Hora y media se pasó hablando el tío. Hora y media sin que nadie más dijera una palabra. Una vez se me ocurrió meter baza y no me hizo ni puto caso. Siguió hablando, encantado de escucharse.

La situación era para enmarcarla: P*** y yo, tiritando, mirándonos de vez en cuando a ver quién era capaz de, al menos, interrumpir la oratoria del campeón. Cuando empecé a no sentir la mano no me quedó más remedio que decir: -Tenemosqueirnosquemosquedado- y lo dije así, corriendo, para que no pudiera seguir hablando.
A pesar de todo, le pidió a P*** al menos 15 veces que fuera a su casa para ver a su tía y a sus primos.
Yo, sabiendo que estábamos un poco cansados de la tertulia unidireccional intenté que nos zafáramos de la manera más elegante posible- Es que hemos quedado a las nueve. No nos va dar tiempo.

- Nada, nada, que P*** no se puede ir de aquí sin ver a su familia. Llama a tus amigos y di que llegáis más tarde.

Ahí me dio un golpe bajo el muy mamón. Tuve que sacar el móvil y mandar un mensaje. Aproveché para contestar a mi amigo Alfonso que estaba en Madrid, tan tranquilo, sin saber que me estaba dando la coartada perfecta.

Por el camino a casa del tío yo iba dejando “recaditos”: -En vez de a las nueve hemos quedado a las nueve y media, así que tendrá que ser una cosa rápida- y cosas por el estilo.

Al llegar a la casa, nos enseñó su casoplón (lo que le dio pie para iniciar un nuevo soliloquio) y poco a poco fue apareciendo toda la familia. De pronto, el tío y la tía empezaron a atacar nuevamente: -Os tenéis que quedar a cenar que tenemos dos centollos que he comprado esta mañana.

-Es imposible- dije yo- Hemos quedado con Gonzalo -el primer nombre que se me vino a la mente-

A partir de aquí reconozco que me empecé a gustar. Así como suena. Empecé a hilvanar una tras otra la excusa perfecta.

- Bueno, pues entonces mañana, si queréis, os llevo al aeropuerto.- insistió el tío.

- Uyyyy, imposible, Gonzalo ya se ha ofrecido y le hemos dicho que sí. Pero muchas gracias.-
- Que no, que no, que os llevo yo.
- Si es que Gonzalo se ha empeñado en llevarnos y como le hace ilusión…-

Y el tío volvía a insistir y yo continuaba toreando a base de verónicas y naturales.

Después de 20 minutos de charla, el tío dejó que tomara el relevo la tía (y ojo, Dios los cría y ellos se juntan. Son iguales. La otra tampoco paraba de rajar). En esto que, mientras hablaba la mujer, se me acerca el tío y me dice – Oye, ¿y dónde habéis quedado?

Juro que no tardé ni un milisegundo en responder.

- En la plaza del Obradoiro. Era lo más fácil.
- Ahhh, ¿y dónde vais a ir a cenar?

Y aquí fue el toque magistral. El día anterior, P*** y yo habíamos estado recorriendo todos los bares y me quedé con el nombre de uno: “El gato negro”. Como no quería que fuera muy descarado, utilicé la técnica de lanzar la caña y esperar a que pique el pez.

- Pues en un sitio que se llama algo así como “un gato…”.
- Ahh, el “gato negro”.
- Eso. El gato negro. ¿Qué tal está? – Fue hacerle la pregunta y que se le iluminara la cara. Diez minutos se pasó hablando sobre lo que se puede comer en ese sitio y los demás bares de todo Santiago.

Cuando ya era humanamente imposible seguir soportando los monólogos de la familia, insistí con el socorrido: “Bueno, nosotros nos vamos que ustedes tendrán que cenar”.

-Uy, no te preocupes- respondió el tío- os acompañamos a la plaza.

Dios. No había manera de deshacerse de ellos. Me sentía como si estuviera jugando un partido de fútbol y me estuviera marcando Puyol y Sergio Ramos a la vez.

Gracias al cielo que al llegar a la plaza se despidieron y se fueron a “cenar centollos”. Eso sí, antes de irse, los muy cachondos van y dicen- Vamos a dejaros a la entrada de la plaza, no vayamos a pecar de pesados.

¿¿¿Pesados??? NOoooooo.

Al fin, libres, tratando de quitarnos el dolor de cabeza generado por semejante verborrea y agotados por las tres horas de compañía, P*** y yo decidimos dar un paseo antes de ir a cenar. Anduvimos esquivando las calles principales y las inmediaciones de la casa de sus tíos, caminando agazapados, de esquina en esquina, evitando la luz como cucarachas y vagando por los callejones más sombríos, hasta que después de 30 minutos, decidimos acercarnos al mercado de abastos, por si estaban abiertos los bares de la zona.

Todos los bares cerrados.

- Vamos a los de la Plaza de Galicia, que están cerca del hotel y tienen buena pinta- sugerí.
- No, espera, vamos a dar la vuelta por si hubiera algún bar abierto a la vuelta de aquí.

Dicho y hecho. Dimos la vuelta a la manzana. Una calle desierta, iluminada únicamente por las luces navideñas. Ni un alma, hasta que de pronto,… a lo lejos vemos a dos personas, caminando pausados, directamente hacia nosotros y se escucha….

- ¿Qué pequeño es Santiago, verdad?

¡¡Zrasca!!! El tío y la tía.

¡Manda huevos!. ¿Pero no se habían ido a cenar? Un sudor frío me recorrió la espalda … ¿Qué se puede hacer en esa situación? Pues nada, apechugar como un campeón y dignidad ante todo:

- Sí que es pequeño,… sí…- dijimos con la sonrisa típica de “me has pillao con el carrito del helao”.

1 comentario:

californiano dijo...

Muy grande el post! Me he partido de risa! Mi parte favorita: "caminando agazapados, de esquina en esquina, evitando la luz como cucarachas y vagando por los callejones más sombríos" jajajaja